Obrero Estéril, sin frutos

Cuando buscamos la definición en el diccionario de la palabra estéril, inmediatamente somos dirigidos a la siguiente definición: adj. Que no da fruto, que no produce nada

Un obrero que es espiritualmente estéril, es incapaz de reproducirse. Por lo tanto pasa años plantado en la obra y, por más buena que sea la tierra y por más abundante agua con la que se la riegue, no logra generar discípulos a causa de su esterilidad espiritual.

Sabemos que ganar almas va mucho más allá de traer personas un determinado día a la iglesia, entendemos que solo se puede considerar un alma ganada para el Reino de Dios cuando la persona es salva. O sea, cuando pasa por todo el proceso de liberación, de entrega y del Nuevo Nacimiento.

En otras palabras, si ganar un alma lleva todo un trabajo, ¡imagínese cuánto tiempo lleva formar discípulos del Espíritu Santo!

No se forma un Obrero de la noche a la mañana, él es fruto de un árbol que lo generó, de un Siervo que lo sustentó espiritualmente hablando.
Si ese fruto es arrancado antes de tiempo, no podrá servir hasta recibir la madurez suficiente como para entender para qué fue generado.
Porque a diferencia de los miembros, el obrero fue llamado para generar y reproducir discípulos del Espíritu Santo.
El problema se hace presente cuando ese obrero es estéril.
Permanece 5, 10, 15, 30 años plantado en la tierra fértil, pero no da frutos, es semejante a la parábola de la higuera estéril:

Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo al viñador: He aquí estos tres años he venido a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿para qué ocupa aún la tierra?… Lucas 13:6

Obrero usted tiene que generar frutos naturalmente.
Supongamos que hoy le toca partir y presentarse delante del Majestuoso Trono de Dios.
¿Cuántos frutos dejó en la tierra, para que sigan reproduciéndose?

Orientación:

Busque en medio del pueblo, a aquellas personas que no están siendo atendidas debidamente.
Ofrézcales su ayuda, acompáñelas en el proceso de liberación, entrega y Nuevo Nacimiento.
En otras palabras: Genere Frutos del Espíritu Santo, ¡no sea una higuera estéril!

Pr. Guillermo Langeleotti

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