¡No te entregues al desánimo!
Los hermanos de José le tenían odio, lo envidiaban, por eso lo vendieron. Luego, en Egipto, José fue llevado a prisión, todo por el hecho de creer en el sueño que Dios le había dado. Pero él no se entregó al desánimo ni al cansancio espiritual. “… solo te pido que te acuerdes de mí cuando te vaya […]