No es suficiente estar indignado contra una situación, ¡usted necesita la dirección Divina!

De lo contrario, cambiará de trabajo, de relación, de lugar y de iglesia, pero su vida seguirá de mal en peor. Gedeón, por ejemplo, estaba indignado, pero no tenía una dirección, no sabía qué hacer y, por esa falta de dirección Divina, su vida y la de su familia iba de mal en peor. ¿Y la suya? ¿Cómo ha ido? ¿De mal en peor o de bien a mejor?

Esa es la situación de millones de personas que están indignadas con las injusticias, pero que no saben cómo vencerlas. Son personas que viven indignadas con los problemas en su familia, en su salud y en su economía, sin embargo, no saben cómo resolverlos.

Gedeón recibió la dirección para todo, a través de la Palabra de Dios: la dirección para destruir el altar de Baal, para edificar un Altar al Señor, para sacrificar el segundo toro de siete años, para llevar los cántaros y las trompetas. Todo lo que sucedió fue fruto de la obediencia de Gedeón a la dirección de Dios.

Ahora usted sabe que, aunque esté indignado, esta situación aún no cambió porque falta que usted siga la dirección de Dios. Esa dirección viene cuando usted se dirige al Altar y sacrifica su vida completamente, entregando su pasado (traumas, pecados, rencor), su presente (necesidades, ansiedades, orgullo) y su futuro (miedos, sueños, confianza).

Si usted es una persona indignada, únase a nosotros porque vamos por todo o nada. ¡Vamos al Altar del Dios Vivo a través del sacrificio voluntario!

No se olvide de esto: ¡su vida depende de la calidad de su indignación!

— Si su fe es tradicional, normal, su vida seguirá sin calidad.

— Si su fe es indignada, sacrificial, su vida será de calidad.

Toda la lectura lo invita a reflexionar y lo que usted considere sobre este mensaje es muy importante para nosotros. Por eso, comente, porque su visión puede ayudar a otros.

¡Lo veo en la IURD o en las nubes!

Obispo Júlio Freitas