“Mis ojos pondré en los fieles de la tierra, para que estén Conmigo…” Salmos 101:6
Dios no es indiferente a nuestras elecciones, actitudes y decisiones. Él observa atentamente a todos, incluso a los que Le son fieles, a los que Lo tienen en primer lugar y prueban eso con sus elecciones, actitudes y decisiones.
Los fieles están con Él, es decir, disfrutan de toda Su creación, con una familia feliz, salud, paz, seguridad y prosperidad.
Dios valora la fidelidad porque Él sufrió 4 grandes experiencias con la infidelidad.
La primera sucedió en los Cielos, cuando Lucifer, lleno de luz y belleza, decidió serle infiel a su Creador. Él no quiso honrarlo en primer lugar y, por eso, engañó a la tercera parte de los ángeles del Cielo y se convirtió en el diablo, en satanás, condenado al infierno por toda la Eternidad.
La segunda experiencia con la infidelidad ocurrió en la Tierra, con Adán y Eva. Dios había creado todo perfecto, en cada mínimo detalle, para que el hombre, creado a Su imagen y semejanza, Lo honrara en primer lugar. Sin embargo, no fue así. El hombre decidió desobedecer a su Padre, Creador, Proveedor y Salvador, para obedecer a la mujer que había obedecido al primer infiel: el diablo, el padre de la mentira y de todo lo que es malo, perverso y triste que pueda existir.
La tercer gran decepción con la infidelidad sucedió cuando uno de Sus discípulos, Judas, después de haber presenciado tantos milagros, de haber escuchado y visto tantas maravillas, de haber aprendido tantas cosas gloriosas, secretos Eternos y, sobre todo, haber sido llamado y elegido para estar al lado del propio Dios que lo eligió, Le fue infiel al Creador, traicionándolo por 30 monedas de plata.
La cuarta gran decepción con la infidelidad ha ocurrido en nuestros días, incluso delante de millones de casos verídicos de transformación de vidas y Salvación. Hay muchas personas que son infieles a Dios en su conducta espiritual y moral. No demuestran en nada que Dios está en primer lugar en sus vidas, vergonzosamente.
Es muy importante que usted sepa que, en el nuevo Cielo, Él no aceptó al infiel y que, en la Tierra, nunca estuvo con el infiel.
Este es el motivo por el cual Sus ojos han buscado, buscado y buscado a los fieles de la Tierra para que habiten con Él.
“Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” Apocalipsis 21:8
Lo veo en la IURD o en las Nubes.
Obispo Júlio Freitas.