Hay personas que eligen cultivar una naturaleza tan egoísta y amarga que apartan a todos a su alrededor. Entienda a continuación

¿Usted tiene en su armario una prenda de ropa que es difícil de combinar? ¿Vio esa prenda que no pega con nada o con casi nada, porque tiene una “personalidad” demasiado fuerte?

Incluso lo intenta, para no deshacerse de ella, pero cada vez que decide usarla es un dolor de cabeza. Ella es hermosa, en el perchero, sola. Sin embargo, en la práctica, con otras, no combina de ninguna manera. A diferencia de esa prenda “problemática”, tenemos otras que son tan versátiles que nos ayudan demasiado. Combinan con tanta facilidad con otras prendas que van de la máquina de lavar al cuerpo. Ni siquiera saben bien lo que es estar mucho tiempo en el armario.

En la vida también sucede eso. Hay personas que eligen cultivar una naturaleza tan egoísta y amarga que apartan a todos a su alrededor. De esta manera, los conflictos surgen por cualquier motivo.

Son personas delicadas, controladoras, negativas, impulsivas; llenas de caprichos, envidias, manías, ego, estrés…

En fin, hay personas que se parecen más a una bomba a punto de explotar. En cualquier ambiente tienden a generar tensión y malestar.

Identificar personas problemáticas es fácil, lo difícil es ser honestos para admitir que, en algunas situaciones conflictivas que vivimos, nosotros fuimos los causadores de los problemas.

Por lo tanto, analizarse y corregirse es la base para todas las relaciones humanas. Eso es un largo proceso, que primero exige el desapego de sus emociones y razones. Luego, se necesita humildad para hacer los cambios necesarios en sí mismo.

Núbia Siqueira