¿Usted se ha mirado a sí mismo?

espejo

Nosotros, como cristianos y siervos del Dios Vivo, vivimos atentos a cada señal que indica el fin de los tiempos. Comprendemos que nuestra vida aquí en la Tierra es pasajera y que debemos estar, sobre todo, preparados para el gran día en el que el Señor Jesús regrese para buscar a Su Iglesia.

Cuando estuvo en la Tierra, el Señor Jesús dejó en claro cuáles son las señales a las que debemos estar atentos. Esto se puede ver en el capítulo 13 del Evangelio de Marcos.

“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.” Marcos 13:33

Si usted lee detenidamente el versículo de arriba, podrá verificar que Él nos pidió que vigilemos y oremos, pero, en primer lugar, que miremos ¿hacia dónde? Hacia nosotros mismos.

Lo primero que necesitamos hacer para guardarnos y no entrar en tentación es mirarnos a nosotros mismos, guardar nuestro corazón, no confiar en lo que ya sabemos, ni en nuestra posición o experiencias, porque así fue como muchos se perdieron. Es decir, dejaron de mirarse a ellos mismos.

Ignorantemente, muchos de los que decían ser cristianos no lograron vencer sus propios engaños personales y los de los demás, porque no se han mirado a sí mismos y han seguido orientaciones y sugerencias de falsos profetas. Exactamente como el Señor Jesús dijo que sucedería.

“Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; porque vendrán muchos en Mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.” Marcos 13:5-6

Él dijo que estemos atentos a los religiosos. Ellos serán los peores enemigos de los siervos de Dios, porque habrá escándalos, malos ejemplos, hipocresía y apostasía. Él nos dijo que no sigamos el ejemplo de esos religiosos, de esos “ex”, que harán el mal, pensando que hacen el bien.

Después, el Señor Jesús se refirió a las señales proféticas sobre la destrucción de Jerusalén, el exilio de los judíos hacia los cuatro rincones del mundo y su regreso a Palestina, y, por último, el resurgimiento de Israel como nación. Eso sucedió, como todos lo sabemos, luego del gran holocausto en la Segunda Guerra Mundial (proyectado y patrocinado por el Vaticano), donde más de seis millones de judíos fueron asesinados.

Por eso, amigo lector, necesitamos estar en alerta. Nosotros, los siervos del Dios Altísimo, en los últimos tiempos, además de vigilar, debemos mirarnos a nosotros mismos para que no nos dejemos corromper, ni nos conformemos.

Empiece a mirarse a usted mismo. Comience a observar las señales de su carácter, de su fe y de su comportamiento, que no coinciden con las enseñanzas del Señor Jesús. Corríjalos ahora mismo, porque debemos estar preparados para el Gran Día del Regreso de nuestro Señor Jesús, para el arrebatamiento de Su Iglesia. Vea si usted está atento a las señales del fin de los tiempos, pero ha sido negligente en su vida con Dios y en su intimidad con Él.

¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!

Obispo Julio Freitas

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