Muchas mujeres ansiosas por la elegancia y la feminidad terminan perdiéndose porque no entienden el verdadero concepto de estas palabras. Primero me gustaría decir las cosas que no prueban que usted es femenina:

-Tener una voz suavecita;

-Usar prendas y accesorios color rosa;

-Usar solo polleras o vestidos;

-Ser frágil;

-Que le guste el romanticismo;

– No practicar deportes;

-Caminar como bailarina;

-Usar accesorios con moños y corazones, etc.

Usted puede ponerse un vestido rosa, pero si insulta, habla alto, hace lío y escenas, hace gestos obscenos en el tránsito, no tiene modales para sentarse o caminar, o su modo de hablar está lleno de jergas, no hay elegancia en usted.

Ser mujer tiene un encanto enorme que está asociado a un buen comportamiento y diferente al del hombre.

Vemos hoy mujeres que, para probar que son fuertes, incorporan el comportamiento bruto masculino, con la rudeza, palabrotas, autoritarismo y agresividad; son serias, frecuentan bares, beben y muchas otras cosas.

No sirve tanta inversión en ropa, accesorios, cabello, maquillaje, cuando el interior necesita corrección.

La mujer llama la atención de forma positiva al ser y tener aquello que el hombre no tiene. O sea, ella es gentil, sensible a las necesidades de las personas, tiene una mirada más dulce, un tono de voz más agradable, es educada, discreta, etc.

¿Usted ya tuvo la experiencia de conocer a personas que de lejos parecían tan lindas, pero, cuando las conoció de cerca, toda la belleza se evaporó por causa de su mal comportamiento?

Por más repetitivo que esto pueda parecer, sepa que la esencia de la belleza está en el alma. Aunque, la sociedad predique que solo el cuerpo atrae, y por eso todas corren e invierten en él.

Invertir en valores como la feminidad, la discreción y la educación hace que usted resalte y prácticamente sea singular en una generación de tan bajos patrones.

¿Quiere comenzar una nueva historia hoy?