Jesús evangelizó, ¿cómo lo hizo?

Cuando el Señor Jesús pasó por la ciudad de los samaritanos, pueblo enemigo del pueblo de Dios, Él les dijo a Sus discípulos que fueran a la ciudad a comprar comida porque tenía hambre.

Hasta ese momento todo iba bien, pero Jesús Se quedó solo, con el objetivo de ganar un alma. Lo mismo sucede con nosotros, muchas veces nos quedamos solos, esperando la oportunidad de encontrar a alguien para que este tenga la chance de ser evangelizado.

Fue exactamente lo que el Señor Jesús hizo cuando Se quedó en ese pozo, ese día, en ese momento. Además, al acercársele la mujer samaritana, Él empezó una conversación con ella.

Él nos dejó este ejemplo de cómo evangelizar. Fue una evangelización que tuvo resultado. Y no solo eso, sino que también nos mostró de qué manera, por decirlo así, podemos “sumergirnos” en la vida de una persona, demostrando interés por su sufrimiento, sin ser superficiales o hacerlo de manera automática.

¡La mujer quedó impresionada porque Jesús le dijo toda su vida! Esto es lo que debemos hacer cuando hablemos con alguien, debemos decirle lo que ninguna otra persona le diría.

Esa alma fue valiosa porque, a través de ella, ¡toda la ciudad pudo ser evangelizada por el propio Señor Jesús! ¿Y el hambre, la sed, el cansancio o cualquier otra necesidad? Eso queda para después…

El verdadero ganador de almas tendrá todas sus necesidades suplidas, cuando, en primer lugar, haga la voluntad del Padre.

“… Yo tengo para comer una comida que vosotros no sabéis […] Mi comida es hacer la voluntad del que Me envió y llevar a cabo Su obra”. Juan 4:32,34

Y vos, ¿sos un testimonio del Padre en el camino de alguien?

¡Jesús sí lo fue!

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