«Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca» 1 Pedro 2:19-22

La mayor gloria del siervo de Dios, no son las conquistas en este mundo, no es la gratitud de las personas que reciben ayuda del Señor Jesús a través de nuestro ministerio, nuestra mayor gloria será cuando nuestro Señor nos diga «siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor»

Por esta razón, soportamos las luchas, los problemas y las injusticias que existen en este mundo, y por eso debemos mantenernos fiel a nuestro Señor Jesús.

Infelizmente muchos obreros no cuidan esta gloria, toman actitudes precipitadas y terminan poniendo en riesgo su salvación. Por ejemplo obreros (as) que por la vida sentimental colocan en riesgo su salvación, con relaciones que no edifican su vida con Dios. Y por eso muchos son abofeteados por el diablo.

Dios permite que pasemos por desiertos, para que maduremos en nuestra fe, en realidad lo que nos hace madurar no es la fe y sí, los desiertos que enfrentamos, que nos proporcionan experiencias con Dios.

Lógicamente existen desiertos que son provocados por las actitudes precipitadas que muchos han tomado, y pecando contra Dios pierden la gloria de tener comunión con el Señor Jesús.

¿No será que usted obrero está siendo abofeteado por el diablo por la práctica del pecado?

Si usted está enfrentando un desierto para que madure su fe, Dios te va a honrar, como honró a nuestro Señor Jesús. Pero Él no puede honrar a aquellos que viven en la práctica del pecado.