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“Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan.” Proverbios 15:22
Según el diccionario, el consejero es la persona que da consejos, es quien aconseja, orienta, dirige a otros; es un asesor, un guía, un miembro de un consejo, de una comisión que delibera un tema.
Cuando damos nuestro primer paso para ser obreros, elegimos ser miembros de la comisión de aquellos que priorizan la reflexión de la Palabra de Dios buscando en Él la dirección para la toma de decisiones que haremos en el presente y a lo largo de la vida.
Por eso siempre debemos estar atentos para permanecer bajo Sus consejos, pues además de hacerlo en lo que respecta a nuestra propia vida, también somos referencia para aquellos que se han unido a nosotros en nuestras iglesias.
Somos un equipo, y cada obrero debe ser uno de los muchos consejeros que el pueblo necesita para hacer triunfar los planes de Dios.
Todos tenemos planes de salvación, de servirlo aún más, planes familiares, planes financieros, etc. Y, al enfocarnos en ser buenos consejeros estamos contribuyendo no solo a nuestro crecimiento personal, sino también al cuerpo de obreros y a la iglesia en general.
A lo largo de los años hemos visto a muchas personas desistiendo de sus planes. La decisión de buscar y recibir consejos constantemente es la llave para que nuestros planes de seguir y servir a nuestro Señor con toda nuestra vida se consoliden.
Analícese y vea si no está necesitando un consejero o incluso si ha guardado sus consejos para sí. Esta es una de las formas de aliarnos a Dios en lo que respecta a la construcción de una iglesia fuerte, decidida, que tiene un único punto de vista que es glorificar a Aquel que nos concedió la razón de vivir.
Gislene Xavier