«Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.» 1 Juan 5:4 (LBLA)
La victoria de la fe es el nuevo nacimiento, el cambio interior más profundo que el ser humano puede experimentar.
Esta experiencia de fe regenera al hombre y lo hace comulgar con el mismo carácter del Señor, volviéndolo semejante a Él, tanto moral como espiritualmente.
Esta regeneración es la que le da acceso al Reino de Dios.
Consecuentemente, el hijo de Dios recibe fuerzas para vencer al diablo, el pecado y las corrupciones propias de la naturaleza humana.
Además, el mundo, con sus estándares, costumbres e imposiciones, ya no ejerce ninguna influencia sobre él.
Aunque Satanás lo persiga y levante terribles guerras contra su vida, jamás lo vencerá, porque el nacido de Dios alcanzó la mayor victoria de la fe: la Salvación.
Por lo tanto, la fe es la que asegura su crecimiento, su confianza, su paz, porque el nuevo nacimiento le da la convicción de que todas las promesas del Altísimo son fieles y verdaderas.
Priorizá buscar a Dios ahora mismo en tu intimidad. ¡Orá!
¡Que Dios los bendiga a todos grandemente!
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