¿Cómo llamarle a la Mayor Creación jamás antes realizada, para la que no hay comparación alguna de su perfección, de su inmensa belleza, en la que lo creado quedó insignificante delante de la hermosura de la más brillante idea?

Tener que describirlo es un poco difícil, ya que no tenemos demasiadas palabras como para llegar a la descripción más apropiada, pero dejemos al Propio Creador que Él se encargue de ponerle un nombre:

“Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios…” Génesis 1:27:28

Somos semejantes a Él, a través del Nuevo Nacimiento, la naturaleza de Dios se refleja en nuestras vidas, es la esencia más Pura, Noble y Perfecta.

“Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.” Mateo 5:48

Obrero, esa perfección de la cual el Señor Jesús hace mención es el mantenerse con una conciencia sana, libre de todo tipo de impurezas, maldad, envidias, divisiones, pecados que solo quitan lo Perfecto de Dios de la vida de un siervo.

No se olvide que Abraham fue llamado “amigo de Dios”, David fue llamado “un hombre según el corazón de Dios”, pero nosotros somos llamados de Hijos de Dios, hechos a Su imagen y semejanza.

Pr. Guillermo Langeleotti