El primer secreto es concentrarse en la oración.
De ahí la importancia de que usted, por lo menos, pueda cerrar sus ojos, independientemente del lugar en el que esté, ya sea un ambiente silencioso, como el cuarto o la oficina, o no.
La importancia de concentrarse en la oración es que usted no pierda la atención y no se distraiga.
Cuando cerramos los ojos, logramos concentrarnos y elevar nuestros pensamientos a Dios. Incluso, podemos usar nuestra imaginación. Y la fe está unida a la imaginación.
Es decir, podemos transportarnos al trono del Altísimo y decir lo que realmente necesitamos decir.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” Hebreos 11:1
Por lo tanto, el primer secreto es el siguiente: concentración.
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¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Julio Freitas.
Cerrar los ojos
Para estar en espíritu
Gracias Obispo