¿Será cierto? Lea a continuación.
Un estudio realizado por dos economistas de la Universidad de Virginia (Estados Unidos) llegó a la conclusión de que responder dos preguntas puede definir si un matrimonio tendrá éxito en algunos años o se destruirá:
- Aunque haya muy pocas probabilidades, imagínese por un momento como cambiarían las diferentes áreas de su vida si usted se separara. ¿Cómo afectaría su felicidad de un modo general?
- ¿Cómo cree que afectaría la felicidad de su compañero en esta misma situación?
Los participantes de la investigación podían elegir entre las siguientes alternativas:
1- Mucho peor
2- Peor
3- Igual
4- Mejor
5- Mucho mejor
Seis años después que estas preguntas fueron respondidas, los investigadores notaron que mientras peor era el análisis de la persona en relación a la felicidad de su compañero, más grande era la probabilidad de divorcio.
Cuando el marido creía que su esposa estaba feliz en el matrimonio y ella no lo estaba, las probabilidades de divorcio aumentaban un 13,1%. Cuando era la esposa quien se equivocaba, esas probabilidades subían a 14,5%.
Como resultado, los economistas señalan que sí, es posible prever el divorcio con las respuestas del matrimonio a esas dos preguntas.
¿Será cierto?
Cuando una persona responde que su vida estará mejor al divorciarse es una señal de que algo está mal en el matrimonio. Esa no sería, por lo tanto, la base para una conclusión, pero sí, un síntoma de “enfermedad” que afecta al matrimonio, sea cual sea.
Sin embargo, para cada enfermedad hay un remedio. Incluso aquellas que se consideran “incurables” se resuelven muchas veces cuando la persona usa una herramienta que tiene en su interior: la fe.
“El problema es que cuando usted deja entrar la duda, usted afecta el espíritu. El espíritu empieza a alejarse. El cuerpo está presente, incluso el alma puede estar presente (usted todavía quiere a la persona, ama a la persona), pero el espíritu empieza a desconectarse porque comienza a pensar: “Ah, ¿pero si no resulta?” – explica el escritor Renato Cardoso, autor del libro “Matrimonio Blindado”.
Según él, muchos matrimonios con problemas comienzan a dudar de la propia capacidad de vencer ciertos obstáculos. Pasan a creer que no hay solución, o que la relación está destinada al fracaso. Pero esto no es cierto.
“Usted comienza a permitir que entre la duda y, cuando usted tiene dudas, ¿qué sucede? Pasa a dejar de esforzarse por la relación”, destaca Renato. “Ustedes tienen que estar unidos por una certeza. Ustedes pueden estar pasando por un problema, pero necesitan creer que van a vencer ese problema.”
Creer que dos preguntas son capaces de prever el futuro de un matrimonio es renunciar a la responsabilidad asumida al momento del “sí”. El matrimonio es algo serio, creado para que el hombre y la mujer se conviertan en uno solo durante toda la vida. Por esta razón, es necesario que ambos se esfuercen para que esto suceda.
“Por eso, el amor debe ser inteligente. Es necesario usar la cabeza y no solamente el corazón al decidir las cosas del amor. Cuando la inteligencia está al control, es mucho más probable que usted tenga éxito al principio de la relación, antes de decidir de casarse, y durante los años de matrimonio.”
A pesar de que el futuro de una relación dependa de las actitudes de la pareja, el estudio nombrado revela un grave y verdadero problema entre los matrimonios: la falta de comunicación. Si la esposa no está satisfecha y el hombre cree que sí, es necesario que los dos aprendan a comunicarse. Lo mismo vale para el caso inverso.
Para que esa falla se resuelva, ambos deben esforzarse. “El primer paso es reconocer la importancia de comunicarse bien. Entender y hacerse entender. Reconociendo esto, podemos afilar nuestras habilidades de comunicación: oír, hablar, escribir, leer, comunicar con el cuerpo y con la apariencia, el tono de voz, la brevedad, la claridad, el contenido, el silencio”, cuenta Renato.
Si este es el problema del matrimonio, la persona que lo nota necesita hacerse entender a través del diálogo, aunque, al principio, el otro no se esfuerce. “Cuando uno cambia, el otro es inspirado a cambiar. El amor solo vence cuando luchamos. Cuando batallamos contra el odio, contra el divorcio, contra la traición, contra todo lo que no sirve. De ese modo, el amor vence. Pero solo, sin nada, sin que alguien haga algo, sin que las partes hagan algo, el amor no puede vencer.”
Usted tiene la oportunidad de tener un matrimonio feliz, pero para eso es necesario esforzase desde ahora. Participe de la Terapia del Amor, que se realiza todos los jueves, en la Universal, y cambie su historia.