¿Usted está satisfecho con su vida espiritual?
Solo el Espíritu de Dios nos da el discernimiento para separar la razón de la emoción
¿Usted ya se puso a pensar que el papel que el Espíritu Santo debe desempeñar en nuestras vidas es mucho más grande del que ya ha desempeñado en los días de hoy?
La obra del Espíritu Santo es grandiosa y hay mucho más por experimentar y conocer de lo que ya hemos experimentado y conocido hasta ahora. Lo que yo vivo aún es muy poco comparado a lo que puedo vivir al tener más intimidad con el Espíritu de Dios. Hay una vida espiritual más profunda por experimentar y un enorme aprendizaje por absorber.
Hay una vida abundante, más allá de simplemente participar de las reuniones de la iglesia, leer la Biblia, recibir algunos milagros o de repetir jergas evangélicas, como: “¡Está determinado!”, “¡Está atado!”, “¡Estoy en la fe!” … o cosas semejantes.
El Espíritu Santo desea liberarnos, no solo de los demonios, porque pienso que la mayor esclavitud no es esa.
Hay personas que fueron liberadas de posesiones malignas, pero continúan esclavas de sus propias voluntades e inclinaciones carnales. Y aún más, hay personas que viven presas a las limitaciones nutridas en sus pensamientos u opiniones de terceros.
¿Quién, sino el Espíritu Santo, puede hacernos ver verdades como esas y llevarnos al verdadero arrepentimiento y a la trasformación?
Solo el Espíritu Santo nos da el discernimiento para separar la razón de la emoción, y proporcionarnos sabiduría para tomar las decisiones correctas. Pero, hay aún otras dadivas que solo Él puede darnos, vea:
– Nunca estamos solos. Al ser bautizados con el Espíritu Santo, Dios comienza a vivir en nosotros. Él viene con todos sus extraordinarios atributos, como omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia, justicia y amor para habitar en nuestro ser. ¿Usted tiene la conciencia de lo que eso significa?
–Él nos da el poder y las fuerzas para superar los dolores de la vida. Cuando estamos bien, parece que sabemos lidiar con cualquier problema en esta vida. ¡Pero eso no es verdad! Somos frágiles, débiles e incapaces. ¡Basta con que enfrentemos una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido o de una traición, para que sintamos en la piel nuestra pequeñez! Necesitamos protección, seguridad, sustento, consuelo, en fin. Necesitamos al Espíritu Santo, porque, solo Él puede darnos el ánimo suficiente para vencer el mundo con todas esas tribulaciones.
No pierda el tiempo, busque ahora el bautismo en el Espíritu Santo o, si ya fue bautizado/a, alcance un nivel más íntimo de comunión con Él. Dios tiene el placer de responder nuestras oraciones, pero hay una oración que a Él le complace atender, esa oración es el pedido que le hacemos para tener Su Espíritu.
¿Eso no lo anima para ir a un lugar secreto en este momento y orar?
Núbia Siqueira