… porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien Yo os anuncio. Hechos 17:23

Cuando se adora a Dios sin conocerlo, la adoración se resume a ceremonias y a rituales religiosos. Es algo vacío, frio y distante de la verdadera fe que nos aproxima al Altísimo, pues está lleno de formalidades y no del genuino espíritu de la adoración. Es lo que sucedía con los griegos y también con los propios judíos, que se vestían con trajes especiales, pero ofrecían animales defectuosos que ponían en evidencia su decadencia espiritual.

Muchas iglesias confunden la verdadera adoración con la emoción provocada por la música y por los bellos sonidos producidos por instrumentos musicales. ¡No comprenden las palabras del Señor Jesús, que decía que Dios es Espíritu! Solamente los nacidos de Él tienen la esencia de la verdadera adoración, pues tienen Su naturaleza, Su carácter.
Se entregan al Eterno de cuerpo, alma y espíritu y viven en perfecta armonía con el Creador, sometiéndose a Su voluntad.

Los griegos levantaron un altar para un Dios que no conocían, y esta es la realidad de muchos cristianos.

Obispo Domingos Siqueira