De nada sirve ir a la guerra si Dios no está con usted.
Esa fue la reflexión que esa madrugada del 24 de junio compartieron miles de obreros en todo el país.
El pastor Sandro, responsable de los obreros de la Universal en Argentina, dio comienzo a la reunión reflexionando acerca de que el Señor Jesús había orado por nosotros. No habíamos nacido y Jesús ya oraba por nosotros.
“Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como Tú, oh Padre, en Mí, y Yo en Ti, que también ellos sean uno en Nosotros; para que el mundo crea que Tú Me enviaste. La gloria que Me diste, Yo les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos Uno.” Juan 17:20-22
Cuando nosotros hacemos una alianza, un pacto con Dios, pasamos a ser uno con Él.
Hay muchos que hicieron un pacto con Dios y al principio eran fervorosos, fieles, obedientes a Su Palabra. Solo que con el pasar del tiempo les sucedió como dice la Palabra en 1 Timoteo capítulo 4: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos se alejarán de la fe…”
Israel había hecho lo malo ante los ojos del Señor, había cometido adulterio.
¡Esa es la palabra que ha hecho que muchos fracasen en la vida!
¿Cómo adulteró Israel? Cuando colocó a Baal en el lugar de Dios. Por esa razón Dios los había entregado en las manos de sus enemigos.
Y hay muchos que están fracasando y el mal está prevaleciendo justamente porque están adulterando espiritualmente. Colocaron a otras cosas en el lugar que Le pertenece a Dios.
Y cuando la persona pierde esa intimidad con Dios, cuando está haciendo lo que es malo, se esconde como Israel cuando se metió en las cuevas.
Se aísla, está fría espiritualmente, no tiene más placer en las cosas santas, en las cosas de Dios.
Mientras Israel no se reconcilió con Dios seguía esclavizado, dominado por sus enemigos.
Hasta que Dios se le apareció a Gedeón que estaba indignado porque en la vida de Israel no se cumplía lo que sus padres le habían contado acerca de las maravillas de Dios.
Él no estaba escondido. Estaba sacudiendo el trigo.
Y Dios lo mandó a quebrar el altar de Baal, el altar del adulterio, y a sacrificar el segundo toro que era de su padre en el Altar de Dios. ¡Dios no lo iba a poder librar mientras siguiera con una amante!
Lo primero que hizo Gedeón fue reconciliarse con Dios, quebrar el altar de Baal.
Gedeón obedeció a Dios, porque sabía que, si iba a la guerra de aquella manera, la derrota sería inevitable, porque Dios no estaba con Israel.
Si usted se da cuenta de que el mal está prevaleciendo en su vida, porque usted ha puesto otras cosas en el lugar de Dios. Que no está listo para todo como al inicio, y que Dios ya no está con usted, aproveche esta oportunidad para reconciliarse con Dios.
Porque de nada sirve ir a la guerra si Dios no está con usted.
Quiebre el altar de Baal, constrúyale un Altar a Dios para reconciliarse y ser uno con Él, ¡y será en ese Altar en el que usted, como Gedeón, tendrá su victoria!
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Esta vigilia, le dio un nuevo nacimiento a mi fe.