17º Día del Ayuno de Daniel

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¿Año nuevo, vida nueva?

Esa es la esperanza de todo el mundo. Incluso de los que creen en Jesús.

¿Pero realmente el sentimiento de esperanza es suficiente para tener una vida nueva en el año nuevo?

Para responder esta pregunta basta volver al pasado. Existían las mismas expectativas, en aquella época, en años anteriores. Las mismas esperanzas. ¿Y qué sucedió? Nada. Para la mayoría fue incluso peor.

¿Y por qué?

Porque la nueva vida no depende de sentimientos, sino de la fe en acción. ¿Cómo?

Regresemos a los tiempos bíblicos.

Dios llamó a Abraham para construir una nación separada de todas las demás que eran paganas. Israel, nieto de Abraham, se multiplicó en Egipto y allí nació un pueblo numeroso. El Señor lo liberó de la esclavitud egipcia y de él constituyó una nación fuerte y poderosa.

Pero, a causa de su rebeldía, Israel volvió a la condición espiritual de Jacob. Volvió a la condición de esclavo en tierras extranjeras.

La historia se repite. Cuando el pueblo está bien espiritualmente, hay paz, salud y prosperidad. Pero cuando está mal con Dios, el diablo hace lo que quiere en la vida del pueblo.

Ya habían pasado alrededor de 100 años desde su regreso a Palestina. Aun así, en los días del profeta Malaquías, Jacob se encontraba espiritualmente perdido. Sus sacerdotes vivían en la corrupción y, por ende, también el pueblo.

Deshonestidad, infidelidad, uniones conyugales entre personas que no compartían la misma fe, divorcios, idolatría, hechicería, adulterio, falsos juramentos, robos, en fin, se practicaba toda clase de injusticias.

Y cuando clamaron, el Señor respondió: “Porque Yo, el Señor, no cambio. Ustedes se desviaron de Mi Ley…

Pero si ustedes se vuelven a Mí, entonces Yo me volveré a ustedes. Y ustedes se preguntan: ¿Cómo volveremos a Ti?”

Entonces, el Señor da la receta de una vida nueva para el año nuevo: Restablecer la fidelidad en los diezmos y en las ofrendas. Malaquías 3:6-12

¡Por supuesto!

Ningún matrimonio puede restablecerse sin el principio de la fidelidad conyugal. Y lo mismo se aplica en el restablecimiento de la alianza con Dios.

En este nuevo año, comience a actuar con fidelidad hacia Dios y pruebe Su fidelidad hacia usted.

¡Compruebe usted mismo si Su Palabra es verdadera o falsa!

Los diezmos representan fidelidad. Son una señal de una sociedad con Dios.

Cuando Le somos fieles, Él está obligado a correspondernos. Por eso, Él promete reprender al que maldice.

Quien quiera tener una nueva vida tiene que comenzar por serle fiel a Dios en sus diezmos. De lo contrario, seguirá en la esperanza hasta la muerte.

Hay un dicho que dice: “Manda quien puede, obedece quien tiene juicio”.

¡Piense en esto!

Fuente: Blog Obispo Macedo.

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