Esta enfermedad de la fe ha matado a muchos cristianos, a muchos siervos de Dios en la historia de la humanidad, esta es la enfermedad que más mató a personas que llegaron a conocer las Escrituras Sagradas, pero desafortunadamente fueron víctimas de esta enfermedad llamada ACOMODACIÓN.
Un día fueron usados, llegaron a ser instrumentos en las manos de Dios, pero se acomodaron y están muertos espiritualmente, indiferentes a la Justicia.
Son personas que empezaron a tolerar, todo empezó con la acomodación, es como por ejemplo el agua que ahora está tibia, pero es porque llegó a estar caliente. El proceso es lento pero constante. Es como la brasa, mientras que está en la hoguera está allí viva y nadie puede tocarla, pero, apartada, empieza el proceso de enfriamiento y pueden tocarla todos. Era intocable, pero fuera del fuego se vuelve vulnerable.
Así somos nosotros si nos acomodamos en la fe y no la ejercitamos. Si usted no usa la fe y se acomoda ya no tiene vida con Dios. Su oración es repetitiva, mecánica, no lo despierta ni a usted, no lo toca ni a usted, ¡imagínese a Dios!
Nuestra oración tiene que tocarnos, no tiene que haber acomodación, debemos estar en estado de alerta, para que cuando venga un mal pensamiento, un sentimiento malo, una palabra sucia intentando corromper su corazón, no lo toleremos y podamos expulsarlo, para que no permitamos ni toleremos al mal ni a la injusticia.
¿Qué es justicia? Todo lo que agrada a Dios.
¿Y qué es injusticia? Todo lo que desagrada a Dios.
Cuando uno empieza a acomodarse tolera, acepta chistes, videos, bromas con respecto a Dios que antes no permitía. Antes su sentido de alerta no lo permitía, pero ahora quizás piensa que, como presentó su diezmo, o evangelizó, o es honesto, puede ver un video pornográfico o masturbarse o practicar la fornicación.
Muchos dicen “Ah, no sabía…” pero la Biblia dice que cuando nuestra conciencia nos acusa Dios también nos acusa, porque Él es más grande que nuestra conciencia.
Hay gente que no se sabe qué Biblia están leyendo, pero no es la Biblia Sagrada cuando dice así:
“La misericordia y la verdad se han encontrado; la justicia y la paz se han besado”. Salmos 85:10-11
Quizás usted piensa que como la misericordia de Dios lo ha alcanzado puede relajarse, porque ya ha prosperado, porque ya ha recibido bendiciones, pero no es así. Muchos comenzaron muy bien en su fe ayunando, sacrificando, y hacían más para Dios y menos para sí mismos, pero con el correr de los años empezaron a acomodarse, a excluirse del sacrificio y a abusar de la misericordia.
La misericordia de Dios nos libró de la muerte para que conociéramos la Verdad.
La misericordia de Dios nos alcanzó y nos perdonó, usted reconoció su pecado, lo confesó y lo abandonó y vino el perdón y ahí usted acepta la Verdad.
Usted acepta la Verdad que libera y elimina costumbres, manías, se aparta de los grupos que no suman nada a su fe y prefiere perder su popularidad social para no ser enemigo de Dios que lo libró de la muerte, que lo perdonó. Y practica la justicia y anda en paz. Nadie lo cusa porque usted no está acomodado.
La persona acomodada vive desconfiada, insegura, preocupada, no tiene paz. Un empleado indolente sabe que no hizo lo que debía y espera que vengan a sancionarlo. El pecado cobra, la indolencia tiene un precio: la inseguridad.
La persona que es insegura es porque está acomodada, piensa que porque carga la Biblia Sagrada y viene a la iglesia y no le hace mal a nadie y paga sus impuestos es hija de Dios, y no es así de fácil, debe sacrificar.
Usted debe aceptar la misericordia, andar en la verdad… Y ahí sí, la justicia y la paz se besan y habitan en uno.
La acomodación ha sido la enfermedad que más ha matado gente en la historia del cristianismo. Basta con que usted lea los Evangelios y las Epístolas, gente que ha muerto aun estando dentro de la iglesia de Jesús, como Ananías y Safira que se acomodaron y querían servir a Dios a su manera.
Nadie es obligado a nada, pero usted no debe hacer nada porque los demás lo hacen, porque el obispo lo dice. No lo haga por hacerlo, si usted hace algo con espíritu de acomodación no gana nada, solo pierde, fue el caso de ellos. Y no perdió la iglesia, ni Jesús ni Pedro, perdieron ellos.
No todo es satanás: “… ¿por qué permitiste que satanás llenara tu corazón?…” (Hechos 5:3). Satanás no invade el corazón de nadie, él habla, sugiere, le trae la tentación, pero, si uno no le abre, él no entra. Jesús tampoco invade el corazón de nadie, entra si uno Le abre.
Esta enfermedad no puede ser parte de nosotros, somos la última generación que puede darle la oportunidad a esta ciudad, a nuestros familiares. ¡No se acomode! Porque si lo hace va a desaparecer de la iglesia o va a ser uno más calentando las butacas. ¡La acomodación mató, está matando, y matará a muchos!
Por eso la Biblia dice “No os conforméis a este siglo…”, (Romanos 12:2).
Si usted se conforma, el espíritu de este siglo le abraza y usted empieza a tolerar el mal como algo normal, acepta la injusticia como si fuera justicia y abusa de la misericordia.
Hay algunos que piensan que porque sus padres son hijos de Dios ya está, y se acomodan. Recuerde que Dios no tiene nietos, si sus padres son hijos de Dios usted debe luchar para ser hijo de Dios también.
¡Esta enfermedad tiene que ser arrancada ahora de su espíritu, de su alma, de su fe!
¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Júlio Freitas
#AvivamientoUniversalAmericaDelSur
#Eia!!!
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– 1.ª Enfermedad de la fe: Ansiedad
– 2.ª Enfermedad de la fe: La indefinición
– 3.ª Enfermedad de la fe: Los malos ojos
– 4.ª Enfermedad de la fe: La acomodación
– 5.ª Enfermedad de la fe: La envidia
– 6.ª Enfermedad de la fe: Las inclinaciones
– 7.ª Enfermedad de la fe: Ser demasiado justo
– 8.ª Enfermedad de la fe: El Egoísmo
– 9.ª Enfermedad de la fe: La discordia