6.ª Enfermedad de la fe: Las inclinaciones

Todos tenemos inclinaciones, inclinaciones hacia la muerte o hacia la vida. Aun bautizado con el Espíritu Santo usted tiene su humanidad, no deja de tener inclinaciones, gustos, manías.

El hombre más inteligente que existió, Salomón, fue víctima de sus inclinaciones. No había habido antes un hombre más rico e inteligente que él, ni lo hubo después. Dios le había dado esa inteligencia fuera de lo común, y él, aun así, cayó.

Comenzó muy bien, vivía por la fe, temía a Dios, se preocupaba por el pueblo, vivía para el pueblo. Incluso Dios Se agradó tanto de él que le preguntó: “¿Qué quieres que Yo te haga?” Y él Le pidió sabiduría para conducir al pueblo. Y Dios se la dio e incluso derrotó a sus enemigos.

Pero, con el transcurso de los años, Salomón se fue corrompiendo porque se entregó a sus inclinaciones.

El oro era como una piedra en su época, las personas que llegaban de otros lugares del mundo se asombraban de que todo era más allá de lo que habían escuchado. Vea que cuando la fe de uno está bien, uno tiene equilibrio, madurez, prosperidad, tiene lo que el mundo no puede proporcionar.

Pero Salomón se acomodó, se entregó a la lujuria, se entregó al vino y eso lo indujo al sexo y tuvo muchas mujeres…¡mil!, a pesar de que Dios ya había ordenado que el rey no debía tener tantas mujeres porque eso le traería problemas en su familia. Dios creó a un hombre para una mujer y a una mujer para un hombre.

La prosperidad y la seguridad hicieron que él se acomodara y bajara la guardia y se entregara a la inclinación de la lujuria.

Salomón habla de sus inclinaciones y Dios nos dejó registrada su historia para que no cometamos sus mismos errores.

Cuando uno se entrega a sus inclinaciones acaba siendo manipulado por ellas.

Si el Espíritu Santo le muestra cuáles son sus inclinaciones debe tener cuidado. Si son los chismes puede meterse en problemas con los demás, si es el sexo puede llevarlo a la fornicación, si es lo material y siempre quiere tener lo más nuevo eso puede llevarlo a tener deudas …. ¡su inclinación puede ser una trampa que lo conduzca al pecado!

Si su inclinación es aferrarse a las cosas del pasado, a lo que conquistó, a lo que tuvo, piense que no debemos decir que el día de ayer fue mejor que el de hoy. Está escrito, Dios quiere hacer el día de hoy mejor que los días del pasado. Pero la condición es mirar al presente y a las oportunidades del presente y dejar de mirar hacia atrás.

Su inclinación puede ser justificarse, para todo usted tiene una justificación, siempre tiene una salida para justificar la falta de obediencia o de fe.

Quizás su inclinación es comer mucho innecesariamente, la glotonería, o alguna otra…

Cuando usted detecta una inclinación, no es para que se sienta acusado, excluido, es el propio Dios que señala nuestras inclinaciones porque Él nos conoce íntimamente, físicamente, sexualmente, emocionalmente, espiritualmente, como ni nosotros nos conocemos. Cuando el Espíritu Santo le revele sus inclinaciones no se lamente, corríjalas, agárrelas y entréguelas en el Altar a los pies de Jesús. Eso es un sacrificio mayor que la ofrenda monetaria, duele más, ¡y solo usted lo puede hacer!

Salomón era inteligente, rico, pero se entregó a sus inclinaciones, una le fue abriendo concesión a otra y, cuando se dio cuenta, estaba arrodillado ante dioses paganos. ¡Qué vergüenza! Imagínese, un hombre que había sido de Dios, ungido por Dios, ahora de rodillas frente a una imagen porque haber sido inducido por las mujeres a la idolatría.

Cuidado con lo que sus ojos miran, con lo que su boca dice, esté donde esté, sus inclinaciones pueden llevarlo a cosas gravísimas, incluso a alejarlo de Dios.

La Palabra de Dios dice así en Romanos capítulo 6, versículo 12:

“Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal para que no obedezcáis sus lujurias…” Romanos 6:12

Si me entrego a los deseos de mi carne obedezco a las lujurias, y me sucederá lo que le sucedió a Salomón, que cayó al extremo de la idolatría, de la lujuria, de la promiscuidad…

… ni presentéis los miembros de vuestro cuerpo al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia”. Romanos 6:13

Mis ojos, mi boca, mis oídos, mis manos, mis órganos genitales, mi corazón, mis piernas, mis rodillas, debo presentarlos a Dios.

Para que usted vea lo serio que es esto, ¿sabe cómo Dios abrió el río Jordán para que el pueblo entrara a la tierra prometida? Cuando los sacerdotes tocaron con las plantas de sus pies el río, las aguas subieron y se hizo una columna tan alta que la gente la avistaba desde Jericó. Y la gente decía: “El pueblo de Dios viene, y viene con su Señor”.

Cuidado, no diga que los miembros de su cuerpo son feos, valórelos, porque son de Dios. Usted ofreció su cuerpo como templo de Él. No maltrate a ningún miembro de su cuerpo, ni lo arranque, ni lo juzgue por la apariencia. Solo tenemos derecho de quitar algo del cuerpo si le hace mal a nuestra salud. No modifique su cuerpo por estética, porque eso no agrada a Dios.

“… como vivos de entre los muertos…”
Nosotros estamos entre muertos, aunque respiren y hablen están muertos espiritualmente. Usted que está vivo presente su cuerpo a Dios y no se entregue a las inclinaciones, porque esto va a enfermar su fe. Si está desarrollando su fe siga en este cuidado diario de no entregarse a las inclinaciones. Use su boca, sus ojos, sus oídos, sus manos para servir a Dios, para alabar a Dios, para evangelizar, para dar su testimonio, para trabajar para Dios, para hacer las cosas con amor, con devoción, ¡sus miembros tienen que ser usados para servir a Dios!

“Porque el pecado no tendrá dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia (Misericordia Divina)”. Romanos 6:14

¿Jesús lo perdonó y usted piensa que ahora que está libre de acusación puede hacer lo que le da la gana? No. Él lo libró de la muerte para que usted se arrepintiera, entregara sus pecados, fuera perdonado y ahora ofreciera los miembros de su cuerpo como instrumento ¡Úsame Señor como instrumento!

¡Nos veremos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Júlio Freitas

#AvivamientoUniversalAmericaDelSur
#Eia!!!

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– 4.ª Enfermedad de la fe: La acomodación
– 5.ª Enfermedad de la fe: La envidia
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