Una de las características de Abraham era ser fiel, cualidad de una persona que promueve la unión con sus actitudes. La unión de propósitos y pensamientos hizo que, sumado a su testimonio confiable, convenciera a sus siervos de emprender una jornada hacia una batalla contra un ejército, en el que cuatro reyes habían vencido a cinco. Estos soldados victoriosos estaban llenos de fuerza y orgullo por su gran hazaña.
Abraham quería rescatar a su sobrino Lot, que ya se había apartado del clan de su tío justamente por la contienda de sus pastores con los pastores de Abraham, y no contuvo su codicia y curiosidad de ir a vivir a Sodoma, una ciudad extremadamente pagana y transgresora.
Solo por el hecho de que Abraham convenciera a sus siervos ya demostraba cómo el Espíritu del Todopoderoso Se movía en sus convicciones, al punto de que los 318 aceptaron esa iniciativa sin rebelarse ni pensar en sus vidas o en sus familias en caso de que algo saliera mal.
Nuestra mayor lucha hoy en día es tener esa cualidad de siervos dispuestos a combatir las batallas más peligrosas, arriesgándonos a entrar al terreno del diablo para rescatar almas; aunque nuestro sacrificio no garantice la Vida Eterna de los que no permanecen o no quieren creer en la prédica del Evangelio para la Salvación.
Toda la vida de Abraham fue una alegoría de lo que en el futuro (hoy) nosotros seríamos para este mundo. Luchamos juntos por la causa del Evangelio, unánimes, dando nuestras vidas en un viaje de ida en el cual solo el Señor Jesús puede garantizar nuestro regreso victorioso.
Tenemos que mirar ese gran ejemplo que cuenta la historia de la humanidad y de los hijos de Abraham del pasado, tener la misma obediencia de ese pueblo de fe para combatir nuestro combate, teniendo al Espíritu Santo como nuestro Guía, a quien escuchamos y obedecemos. Además, debemos tener la misma actitud para ir al campo de batalla de este mundo, donde el diablo piensa que ya tiene todas las almas en sus manos. Tener el espíritu de unión es una característica de los que tienen la visión de Abraham, la visión que Dios le mostró al mirar al cielo, hacia las incontables estrellas que, para nosotros, son las preciosas almas que queremos ganar.
¡¡¡Abraham fue VICTORIOSO por haber HONRADO A DIOS!!!