CONSEJOS PARA CONVERTIRSE EN UN CONSTRUCTOR DE TESTIMONIO – Consejo #9

niña azul

CONSEJO 9: RECONOCER QUE NO ES UN SUPERHOMBRE

Hay momentos en los que nuestros pensamientos nos llevan a alimentar ideas de fracaso. Experimentamos la sensación de que nuestros esfuerzos fueron inútiles, que no podremos superar los obstáculos, cambiar situaciones, influenciar a amigos y familiares para que se vuelvan a Aquel que nos hace completos. Sentimos que todo nuestro esfuerzo en actuar por la fe, en obediencia y en seguir la dirección de Dios ha sido en vano.

Después de esta actitud, Él nos hace ver con Sus ojos y darnos cuenta de que ya sembramos, sembraremos y cosecharemos todos los frutos. A pesar de que todo parezca que salir mal, debemos sobreponernos a los ojos físicos, y retirarnos para conversar sinceramente a solas con Dios, sin que nos importen nuestras debilidades, pues Él conoce nuestra estructura; recuerda que somos polvo.*

Como ejemplo tenemos al profeta Elías, que seguía la dirección de Dios, y en su caminata alimentó pensamientos y actuó de la forma descripta anteriormente. Entonces, se desahogó con Dios y declaró su sensación de fracasado. Dios envió ángeles para alimentarlo, con Su voz mansa y suave. Lo hizo meditar y observar que había frutos en su ministerio, algunos que él todavía no conocía, y le mostró que nada de lo que él había hecho era en vano. Entonces, le concedió una nueva dirección. Elías se levantó entusiasmado y obedeció, dejando de mirar el pasado. Invirtió en el presente y fue aún más usado y osado que anteriormente.

Su historia de vida quedó en la memoria: Eliseo fue su discípulo, demostró el poder de Dios en diversas situaciones. Fue llevado al cielo de manera sobrenatural. Su testimonio fue mencionado en el antiguo y en el nuevo testamento; incluso el Señor Jesús lo nombró haciendo una comparación entre él y Juan el Bautista **. En la transfiguración, apareció hablando con Jesús y Moisés. ***

Dios nos alimenta de forma personalizada, nos habla suavemente, nos da la paz interior y nos conduce al camino de la victoria. Nuestro papel es alimentar nuestra intimidad con Él por medio de la oración sincera seguida de la obediencia a Su voz.

«Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.» Santiago 5:17-18

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