El apóstol Pablo dijo que él corría para cruzar la línea de llegada y, de esta manera, tomar posesión de la Salvación. Entienda a continuación
¿Alguna vez le pasó estar apurado y tener a alguien caminando muy despacio delante de usted?, ¿o alguna vez necesitó que alguien hiciera algo rápido, pero esa persona se movía tan lento como una tortuga? ¡Eso es muy desagradable!
Si eso es pésimo respecto a las cosas terrenales, ¡imagínese en las cuestiones espirituales! El apóstol Pablo dijo que él corría para cruzar la línea de llegada y, de esta manera, tomar posesión de la Salvación.
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:13-14
Por lo tanto, ¡no camine a pasos lentos hacia su meta! ¡No camine como una tortuga! ¡No se desmaye a causa de los dolores del maratón! Desfallecer no puede ser una opción para el que tiene delante de sí una corona de gloria esperándolo.
Si ver el rostro del Señor Jesús, escuchar Su voz y tener Su compañía para siempre no es suficiente para animarlo, nada más lo será.
¿Qué le parece empezar a correr hoy y vivir en la fe para cruzar la línea de llegada?
Núbia Siqueira