La caída de Lucifer es la mayor lección que tenemos sobre el peligro del orgullo.
Comprenda
Cuando nos preguntamos cómo algo malo surge, nos imaginamos que siempre será en un lugar tenebroso. Sin embargo, las cosas malas que existen fueron originadas por un mal principal, y este, a su vez, no surgió en un ambiente propicio. Al contrario, surgió en el corazón de alguien que era uno de los principales seres del cielo: Lucifer, el querubín de la guardia de Dios.
“Tú, querubín grande, protector, Yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado…” Ezequiel 28:14-15
Sin embargo, un ángel tan perfecto comenzó a creerse superior a su Creador.
“… hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste…” Ezequiel 28:15-16
A causa de la belleza y de la posición que tenía en los cielos, el orgullo nació en el interior de Lucifer y él quiso ser mayor que Dios. A partir de ese momento, comenzó su caída.
Contaminado por el orgullo, otro pecado surgió: el de la rebelión. Por medio de la malicia, él contaminó a la tercera parte de los ángeles. Como consecuencia, hubo una batalla en el cielo y todos ellos fueron expulsados.
“… por lo que Yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; Yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; Yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.” Ezequiel 28:16-19
Por eso, todos los pecados que existen tienen como origen el orgullo. Es el veneno más mortífero y silencioso que hay para el alma, pues es la esencia de la naturaleza del diablo.
Pero, al fin y al cabo, ¿qué es el orgullo?
De acuerdo con el diccionario, el orgullo es:
– Sentirse satisfecho con sus propios logros y cualidades, o con los logros de otra persona;.
–Exceso de admiración que el individuo siente hacia sí mismo, basado en sus propias características, cualidades y / o acciones; arrogancia
– Concepto elevado que alguien tiene de sí mismo; soberbia.
– El amor propio expuesto de una manera exagerada; arrogancia.
– Acción que muestra desprecio por los demás; desdén.
El orgulloso, difícilmente, asume que lo es. Para la persona orgullosa, el centro de todo deja de ser “Dios” y pasa a ser ella misma.
Orgullo vs. Humildad
Por eso, en toda la Escritura Sagrada es posible ver cómo Dios nos alerta contra ese mal.
“La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.” Proverbios 29:23
La arrogancia no deja que la persona vea que está perdida en sus propios caminos y que necesita ayuda. Eso solo es posible con humildad.
El obispo Edir Macedo, en sus comentarios de fe, destaca que esa es la “gran diferencia entre el arrogante y el humilde, pues, mientras el primero es abatido en su orgullo, el segundo es sustentado y honrado por el Altísimo”.
Además de no tolerar el orgullo, “Dios también Se opone a todos los orgullosos. Sin embargo, los que reconocen que necesitan del Altísimo y Lo buscan con humildad serán favorecidos por Él”.
“Pero Él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” Santiago 4:6
Por esta razón, si hay algo en lo que el ser humano puede gloriarse es en sus debilidades, como afirma el apóstol Pablo: “Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.” 2 Corintios 11:30
“Dios permite que pasemos por luchas y situaciones difíciles para que nunca nos olvidemos de que no somos nada, y así permanezcamos humildes, buscando siempre el socorro Divino”, reitera el obispo.