Lea y medite en el mensaje de hoy

Los libros pueden ser nuestros queridos amigos, compañeros y profesores. Después de terminar una lectura, si el libro es bueno, ¡siempre nos queda una buena lección!
Sin embargo, lo que más me gusta es que los libros siempre formarán parte de nuestra vida. ¿Sabe por qué?
Nuestra propia historia se está registrando, capítulo por capítulo, en la sala de control del Universo.
¿No es brillante la idea de Dios (en realidad, ¡todas lo son!) de anotar todo lo que hacemos, como una especie de biografía, escrita por mí, pero por las manos Divinas?
Cuando nacimos, ya se había definido ese proceso. Por lo tanto, ¡no necesita nuestra aprobación! A fin de cuentas, nadie impugnará ese registro, porque el Creador de la Vida ya lo autorizó.
Lo que podemos hacer es tomar páginas en blanco y escribir lo que es digno de ser hojeado y leído en la eternidad. Porque, como autores de nuestra propia historia, somos nosotros los que decidimos con nuestros actos el contenido del libro.
Somos, al mismo tiempo, guionistas y protagonistas en ese enredo. Darle a cada uno la libertad de elegir entre el bien y el mal se llama justicia.
Por eso, no importa en qué capítulo esté su vida. Sea bueno o malo, elija lo que es correcto.
Todos tenemos esta oportunidad. Y, aunque nadie vea su dolor o reconozca su valor, hay un Dios, que no solo ve, sino que está escribiendo su historia.
En fin, todos los libros se terminan, de la misma manera que nuestra vida se terminará algún día. Pero que queden los buenos recuerdos, el legado y la nostalgia del que formó parte de nuestra historia.
¿CÓMO VA SU biografía?
Núbia Siqueira