¿Usted sabía que hay 7 etapas de las que nadie se debe olvidar? La primera es: No se olvide del día en el que usted fue evangelizado.
En esa etapa de su liberación, Dios tuvo que usar a alguien para decirle la verdad sobre su estado. Es decir, esa persona le habló sobre la necesidad de liberarse, sobre la existencia de un Dios vivo, sobre el mensaje del Señor Jesús y también le dijo que debería participar de las reuniones de la Iglesia.
Un obispo o pastor también tuvo que usar un medio de comunicación para llegar hasta usted. Tal vez, fue a través de un programa de televisión o de radio, de un periódico El Universal, del blog universal.org.ar, o incluso de las redes sociales.
Para que todo eso fuera posible, alguien tuvo que patrocinar esta Obra Sagrada. Los miembros de la Iglesia manifestaron expresiones voluntarias de fe a través de sus ofrendas y sus diezmos. De la misma manera, tanto los obispos como los pastores lo hicieron, porque ellos también presentan sus diezmos y ofrendas. Todos somos agradecidos por lo que Dios hizo por nosotros y sabemos que ni siquiera todo el dinero del mundo retribuiría Su amor.
A pesar de haber estado cansados físicamente, de estar pasando por problemas personales, de haber perdido a un ser querido o de otros obstáculos, los obispos, pastores y obreros estaban listos para llevar la Palabra del Dios vivo, la liberación y lo que Dios les había dado. Ellos también tuvieron que soportar el prejuicio de la sociedad para que usted fuera evangelizado.
Por eso, lea estos pasajes bíblicos y medite sobre este tema:
“Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” Hechos 2:40-41
“Pues si anuncio el Evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el Evangelio!” 1 Corintios 9:16
¡Lo veo en la IURD o en las nubes!
Obispo Julio Freitas