Lea y medite en el mensaje de hoy
Nuestra guerra no es contra sangre y carne (personas), sino contra principados y potestades (espíritus malignos). Por lo tanto, saber contra quienes realmente luchamos nos pone en la posición correcta y con los pensamientos correctos.
Además, esta sabiduría nos ayuda a no cometer lo que tanto repudiamos en nuestros adversarios.
Porque en las grandes batallas hay una gran posibilidad de que la persona que lucha se convierta en un “monstruo”, exactamente como los “monstruos” contra los que ella lucha y tanto rechaza.
Luchar, vencer y permanecer con la buena conciencia sin naufragar.
Núbia Siqueira