Pensando en el comportamiento de algunas obreras, que demuestran claramente que están en el camino de estar acomodadas en la fe, vengo a desenmascarar abiertamente las señales de este gravísimo problema.
Señales de estar acomodadas en el servicio de la Obra de Dios
- Deja de ver a las personas como almas, por eso la atención es superficial, no va a profundidad.
- Tiene apuro en la atención. Solo dice: “Haga la cadena de oración. Dios le va a bendecir”.
- No tiene paciencia para escuchar y orientar con productivamente.
- No asume la responsabilidad de cuidar a las personas que acuden a ella.
- No se preocupa por las personas que llegan por primera vez, piensa que esa es una responsabilidad del pastor.
- Nunca tiene palabras positivas con respecto a sí misma ni tampoco de quien atiende.
- Siempre ve problemas en el pueblo y todo es muy difícil.
Otros puntos graves de síntomas de estar acomodada:
- Se distancia de sus compañeros.
- Mantiene amistades con quienes no están en el mismo espíritu.
- Tiene vanas conversaciones sobre la Obra de Dios.
- Habla mal del pastor o de otra compañera.
- Se queja de su situación cuando es reprendida.
- Solo habla de cosas materiales, nunca tiene nada espiritual para dar.
- Siempre huye de las responsabilidades y siempre le gusta dar órdenes.
- Siempre deja las cosas para los demás.
- Siempre está con mala cara, señal de inseguridad.
- Ve el error del compañero y lo encubre. No tiene el coraje de decir la verdad.
- En todas las actitudes que toma solo ella tiene la razón.
- Solo piensa en ellos, no cede en nada.
- No respeta el trabajo de nadie.
Si acaso ha detectado que existen algunos de estos síntomas en su vida, entonces, manténgase alerta y cambie su postura con urgencia. No se deje engañar por su propia voluntad, pero sea sincera y arrepiéntase.
Que quede bien claro que nadie podrá hacer nada por usted. ¿Qué quiere decir?
Usted es la única que tiene en sus manos el poder de cambiar su situación, a través de sus elecciones. Es usted quien decide a partir de ahora, si seguirá alimentando esas señales dentro de sí misma, o arrancarlas de una vez por todas. ¡La decisión es suya! Recuerde que las palabras no solucionan, o el simple hecho de ser consciente de que está equivocada tampoco es la salida, pero su indignación y odio por su estado, es lo que causan frutos dignos de arrepentimiento.
“Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento…” (Lucas 3:8)
Piense en lo que está escrito: “Haced”, es decir, nadie puede hacerlo por mí. Soy yo que tengo que actuar y comenzar a tomar actitudes de arrepentimiento.
Piense en esto y deje su comentario sobre lo que piensa sobre este artículo.
Muy fuerte este articulo pero muy edifiante gracias por el llamado de atención…
Lo que estuve leyendo, me enseña para que no sea una Obrera acomodada. Es muy fuerte, y yo quiero hacer frutos dignos.
Gracias, siempre debemos vigilar y mantenernos en el Primer Amor