Antes de leer el post de hoy, entre en este link
https://www.youtube.com/watch?v=Gq8JiZCcaxc, y oiga con atención, con “oídos” espirituales, esta linda canción.
Observe con más profundidad este tramo de la letra:
El viejo Abraham preparó
Con todo cuidado el Altar
Colocando la leña en orden
Para luego quemar
Agarro al niño y amarró
Y en el Altar le acostó
Tenía afilado el cuchillo
Que tenía en la mano
El viejo Abraham por la fe,
Del plan de Dios no huyó
Estaba dispuesto a cumplir
Lo que Dios le pidió.
El artículo de hoy, de una forma simple, pretende llevarle a hacer una introspección.
¿Se dio cuenta de que las palabras de la canción le hablan directamente a usted ¿Será que está preparando todo, o lo hace sin pensar, como un robot? ¿Está teniendo todo el cuidado y celo en los mínimos detalles en la preparación de su sacrificio?
Y no hablo sólo de participar en la Hoguera Santa, pero si del sacrificio diario, que comienza dentro de usted, renunciando a su “yo”, los “5 sentidos” (en su forma de hablar, pensar, ver, tocar, oír, etc).
¿Se acuerda del artículo de la semana pasada? ¿O es una obrera que presenta a Dios su vida de una forma desordenada, sin cualquier orden y disciplina? Después se queja de que el “fuego no quema”, o sea, que nada de extraordinario acontece en su vida. ¿Ya agarró y ató al “niño”?
Ese niño sólo usted sabe quién es, y lo que es… Puede estar relacionado con su forma de ser o el mal genio, que nunca fueron sacrificados.
¿Su “cuchillo” está afilado? ¿O esta oxidado y por eso no corta nada? Ese “cuchillo” es su Fe, y si no estuviera afilado, que quiere decir estar en acción, entonces jamás irá a “cortar” radicalmente sus sentimientos y emociones.
Abraham hizo todo por la Fe y no huyo del plan de Dios … y usted obrera, ¿está dispuesta a hacer lo que Dios le pide en esta hora? ¿O va una vez más a huir?
Deseo que me lleguen a mi correo todos los mensajes
Este mensaje entiendo que etar von el cuchillo afilado es sacrificar de verdad día a día, evaluar si hay algo de uno que pueda desagradar a Dios y no hacer el sacrificio perfecto.