Muchas veces los Obreros se encuentran en ciertas situaciones que son incómodas, situaciones que intentan comprometer su integridad.

Debido a las relaciones cotidianas, el entorno familiar o de trabajo, los conocidos, e inclusive dentro del grupo de siervos, en ocasiones se ve obligado a estar a la defensiva, ya que en la mayoría de los casos ese entorno no practica su misma fe.

Por lo tanto, el lenguaje utilizado en las conversaciones, los gestos, los pensamientos, etc., no coinciden en nada con el vivir del Obrero, ya que él se preserva para Dios.
La Biblia dice: ¡Amad al SEÑOR, todos Sus santos!
El SEÑOR preserva a los fieles,
y retribuye plenamente a los que obran con soberbia.
Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón,
todos vosotros que esperáis en el SEÑOR.
Salmos 31:23

Obrero, usted está en un mundo, donde la sociedad se inclina hacia el mal, ¡la violencia se multiplica a pasos agigantados!

Es lógico que se sienta excluido de todo, que no encaje en esas conversaciones, bromas, fiestas y demás.

Porque usted obrero, se preserva para Dios, ¡y la Salvación de su alma jamás debe ser comprometida por absolutamente nada!

Orientación:

Ore por las personas que forman parte de su entorno, ¡no las juzgue!

No se olvide que en el pasado nosotros también formamos parte de ellos y si pudimos cambiar, debemos creer que ellos también lo pueden lograr.

Pr. Guillermo Langeleotti