“Y el rey se conmovió profundamente, y subió al aposento que había encima de la puerta y lloró. Y decía así mientras caminaba: ¡Hijo mío Absalón; hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera haber muerto yo en tu lugar! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!”
2 Samuel 18:33
El que tiene el corazón de Dios siente el dolor, aunque este sea de otros.
El que tiene el corazón de Dios no se alegra cuando sus enemigos sufren, porque Dios no se alegra con la muerte de los impíos.
Evaluemos qué tipo de corazón tenemos.
Hermosa enseñanza!!❤️