DÍAS, MESES, AÑOS E INCLUSO DÉCADAS… ¿CUÁNTO SE TARDA EN CONSTRUIR UNA REPUTACIÓN?

No nace de la nada. En verdad, dependiendo de los casos, una buena reputación lleva años ser construida, y, para que ocurra, es necesario dar pruebas constantes.

¿Y cuánto tardo la tuya en ser construida? ¡Si, la tuya, porque todos, sin excepciones, tenemos reputación!

¡Muchos trabajan para construir una reputación en el sentido del resto del mundo saber quienes son, en cuanto a otros les basta saber lo que ellos mismos son verdaderamente, pues, tu reputación, antes de todo, es auténtica y, en primer lugar, tiene que ser verdadera para ti mismo¡

Infelizmente, muchos, por falta de espiritualidad, destruyen en minutos lo que años llevó para ser construido. ¿Y cómo se construye la reputación del verdadero cristiano? En el sacrificio, en el dolor, en el fuego de las tentaciones, rechazos, persecuciones, problemas. Quien es mentiroso, disimulado, hipócrita, malicioso, presenta falta de carácter… con seguridad, no hace sacrificios, no renuncia a su propio “yo” para tener una buena reputación y, si la tiene, en poco tiempo la perderá, pues no es digno de mantenerla.

Entonces, para mantener una buena reputación, atiende a lo siguiente:

Tu reputación debe ser de un CRISTIANO FERVOROSO, pues se espera que practiquemos lo que está escrito en la Palabra de Dios, o sea, que asumamos la fe, seamos sinceros, transparentes e indignados. Que no aceptemos los problemas, al contrario, “que muramos con la espada en la mano”… pero, por otro lado, también debemos tener la reputación de ser amables, atentos y de tener consideración por las personas.

Nunca olvides de donde viniste, de cómo eras antes de conocer la Verdad, por aquello que pasaste y nunca te acomodes, porque será crucial para que mantengas una buena reputación. Pues, sí hoy ya la tienes, es porque pasaste por todo lo que pasaste en la vida.

¡Tu reputación debe ser de un CRISTIANO VALIENTE, no mostrar miedo de nada y enfrentar las luchas sin miedo! ¡Debes ver oportunidades en todo, incluso en dificultades y desafíos!

Tu reputación debe ser de un CRISTIANO PERSEVERANTE, pues observa cuántas oportunidades tuviste para desistir y todavía te mantienes en lucha constante. Estamos agarrados a la Mano de Dios, por eso, somos constantes, no desistimos, y todo lo que iniciamos, en espíritu, lo concluimos, y todo lo que empezamos, en la carne, inmediatamente paramos.

Tu reputación debe ser de un CRISTIANO HONRADO. Tu palabra es honrada y seria si dices, “está dicho”. Asumes lo que dices, independientemente de las circunstancias.

Con pensamientos, sentimientos o actitudes, la realidad es que la reputación construida a lo largo de los años, en poquísimas horas o días, puede ser destruida cuando:

• En vez de fervoroso eres dubitativo…
• En vez de indignado eres acomodado…
• En vez de atento eres desatento…
• En vez de valiente eres cobarde…
• En vez de perseverante eres inconstante…
• En vez de honrador de tu palabra deshonras todo lo que dices…

Y no es necesario que hagamos algo horroroso, basta con que hagamos una de estas cosas para empezar a perder tu reputación con la Persona más importante, que es Dios,¡el Espíritu Santo! Haz lo contrario a lo que el hizo para conquistar tu reputación que duró años para ser cimentada… el mal, que sabe de esto, también viene trabajando para ir contra tu buen trabajo.

Por eso, no puedes solo luchar, sino también vigilar, no puedes permitir que eso ocurra. Aprende a evaluar situaciones, cumple aquello que dices, sé para Dios y para ti mismo y para tu prójimo.

Nosotros somos formados por el Fuego (problemas, facilidades, obstáculos, victorias, tradiciones, elogios, tentaciones…), el criterio de aprobación son las pruebas y la superación de las mismas. Así eres perfeccionado, desarrollado y, en consecuencia, creces.

¡Todos los hombres de Dios, los héroes de la Fe, incluso el Señor Jesús, pasaron por pruebas, por el Fuego! Fueron perfeccionados por las cosas que sufrieron,y no existe otra forma para mejorar, desarrollarse y crecer. Tenemos que ser probados y la prueba es el Fuego y el Fuego es el desierto y el desierto es el Sacrificio. Y si reculas ante los mismos, automáticamente eres reprobado.

Guarda siempre tu reputación, pues la misma define tu relación con Dios.