“Y dijo al hombre: he aquí que el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia.” Job 28:28
¿Qué es la sabiduría?
La sabiduría es temer a Dios, ya que, cuando temo a Dios Le doy prioridad a Su voz y cuando vivo en obediencia soy guiada por Él. Si soy dirigida por el propio Dios, no hay lugar para la ignorancia.
Parece una conclusión fácil, ¿no es así?
Sin embargo, para alcanzar ese nivel, tengo que deshacerme del orgullo, de la vanidad, de mis “suposiciones”, de mis ideas fijas, de mi manera de ser, y eso solo es posible cuando hay humildad, es decir, cuando reconozco que no soy más que un “pequeño gusano” sin Dios. Debe haber esfuerzo, debe haber una búsqueda constante.
La sabiduría, es un tesoro inagotable que siempre rebosa, pero hay un alto precio que pagar. Parece algo contradictorio decir que hay que pagar cuando ya hemos escuchado que la sabiduría no se compra. Sin embargo, ese precio no se valora en efectivo, sino en la entrega total de mi “yo”.
Para concluir la parte final del versículo que dice “… y el apartarse del mal, la inteligencia”, yo pregunto:
¿Es inteligente hacer todo con la fuerza de su brazo? ¿Es inteligente acumular prejuicios, pensamientos maliciosos y egocéntricos?
¡Lo correcto es decir que el que vive en el mal vive en la estupidez!
Que cada uno averigüe en qué tipo de mal ha vivido.
Luisa Teixeira