Responda la siguiente pregunta: ¿Sus pies han caminado en dirección a sus objetivos o se han desviado hacia la destrucción? Tal vez afirme: «Di pasos equivocados y llegué al extremo de correr hacia mi propia destrucción e infelicidad».
¿Cómo será su futuro? Su futuro no depende de Dios, sino de usted.
En la Biblia, Dios deja claro: «Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente…». Cuando da pasos inciertos, estos pueden poner su vida y la de su familia en peligro.
Tal vez diga: «Me he sacrificado, me he esforzado, he luchado, pero, lamentablemente, no alcancé mis objetivos». Es importante dejar en claro que la culpa no es de Dios, porque Él le muestra el camino a seguir. Si lo sigue, alcanzará sus objetivos y, consecuentemente, realizará su mayor sueño.
Debe tomar la decisión de dejar la mentira, la traición y la práctica de una fe religiosa, sedentaria y ciega.
Usted se preguntará: «¿Dónde comenzó todo eso?». En los pensamientos que hicieron que se desviara del camino y no persiguiera sus objetivos.
El secreto para tener paz es vencer la guerra que le ha impedido buscar a Dios y ver la realización de sus objetivos.
Observe si no tengo razón.
«… tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.» Eclesiastés 3:8
Su siervo en Cristo.