4º Día del Ayuno de Daniel

niebla noche

Nacer del Espíritu Santo y el bautismo en el Espíritu Santo

Dos cosas distintas. Pero el bautismo en el Espíritu Santo depende de nacer del Espíritu.

La campaña del Ayuno de Daniel tiene como objetivo atender dos puntos:

Primero, llevar a los sinceros al nuevo nacimiento.

El nacimiento del Espíritu Santo.

“Mas a todos los que Le recibieron (Jesús), a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios (Espíritu de Dios).” Juan 1:12-13

Jesús dijo: “Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.” Juan 3:6

Segundo, llevar a los nacidos de Dios al bautismo en el Espíritu Santo.

“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos (…). Y fueron todos llenos del Espíritu Santo…” Hechos 2:1,4

Los que fueron llenos del Espíritu Santo el día de Pentecostés ya habían nacido de Dios.

El apóstol Pablo solo tuvo autoridad para imponer las manos y ministrar el bautismo en el Espíritu Santo, cuando tuvo certeza de que aquellos discípulos ya habían nacido de Dios. Vea el relato a continuación:

“¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan (bautismo en las aguas).
Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.”
Hechos 19:2-6

¿Los que viven en el pecado pueden recibir el bautismo con el Espíritu Santo?

¿Los esclavos del pecado pueden recibir el Espíritu Santo?

¡No, no y no!

¿Cómo Jesús puede llenar de Su Espíritu a alguien que vive y le gusta el pecado?

Es como si el justo apoyara la injusticia.

Primero, la persona debe morir para el pecado, es decir, arrepentirse.

Segundo, tiene que clamar al Señor Jesús por la Salvación.

Después de esas actitudes de fe, el Espíritu Santo, al ver la disposición y la sinceridad del candidato, llega y realiza el milagro del nuevo nacimiento.

Vea cómo esto sucedió en el pasado:

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.” Hechos 2:37-38

Es decir, primero viene el arrepentimiento (nuevo nacimiento) y, en seguida, el don del Espíritu Santo (bautismo en el Espíritu Santo).

Arrepentimiento no es remordimiento.

El arrepentimiento es reconocer el pecado, abandonarlo inmediatamente, odiarlo y huir de él.

Repito: El bautismo en el Espíritu Santo solo sucede después del nuevo nacimiento.

¿Una persona sincera puede nacer del Espíritu e inmediatamente después recibir el bautismo en el Espíritu Santo?

¡Claro que sí!

Si Dios actúa, ¿quién puede impedírselo?

Fuente: Blog Obispo Macedo.

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