Los Siete Espíritus
Dios comprende perfectamente el problema de cada uno. Por eso, se produce el derramamiento de Su Espíritu sobre todos los que Lo buscan.
Los Siete Espíritus, mencionados en el libro de Isaías, no significan Siete Espíritus Santos. Son atribuciones que identifican el Poder del Espíritu de Dios que nada Le falta y nada se Le puede añadir. Él es absolutamente perfecto.
En la profecía:
“Y reposará sobre Él el Espíritu del Señor, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del Señor.” Isaías 11:2
Cada virtud totaliza la Plenitud del Espíritu Santo, que reposaría en el cuerpo físico de Jesús. Él reuniría todas las condiciones necesarias para soportar los choques del infierno durante Su misión terrenal.
En Él estaría: el Señor, Su sabiduría, Su inteligencia, Su consejo, Su poder, Su conocimiento y Su temor.
Esa plenitud en Jesús es exactamente la misma que el Espíritu Santo sigue realizando en Sus hijos. Estos también tienen el Espíritu del Señor, el Espíritu de sabiduría, de inteligencia, de consejo, de poder, de conocimiento y de temor.
Es decir que no hay ningún problema humano que esté fuera del alcance de las siete virtudes del Espíritu Santo.
En el Señor, en Su sabiduría, en Su inteligencia, en Su consejo, en Su poder, en Su conocimiento y en Su temor está la solución para todos los problemas de la faz de la Tierra.
¡Inclusive para el suyo!
Es verdad que todavía no llegamos “a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error”. Efesios 4:13-14.
Pero esto no significa que la plenitud del Señor Jesús ya no esté en nosotros.
Un hombre puede ser el más rico del mundo, sus hijos menores tienen la misma riqueza. Sin embargo, solo podrán poseerla cuando lleguen a la edad adulta.
Por ese motivo, los hijos de Dios necesitan madurar en la fe.
La plenitud del Espíritu está en Sus hijos y siervos. Pero no todos están aptos para, ni siquiera, comprender semejante grandeza debido a su infantilidad espiritual.
Enseñarle esto a los hijos de la carne es como tirarles perlas a los cerdos.
En Resumen: de la misma forma que la Plenitud del Espíritu Santo habitó en Jesús, también les sucede a los nacidos y sellados de Dios.
Por eso, toda y cualquier ofrenda de sacrificio que el ser humano haga para recibir el Espíritu de Dios es despreciable delante de la Ofrenda retribuida por Dios. Es el todo de Dios por lo despreciable de nosotros mismos.
¿Quién puede entender ese misterio glorioso?
Cuando eso suceda, se cumplirá la Palabra del ‘… Señor de los ejércitos: “Y será que aun vendrán pueblos y habitantes de muchas ciudades; y los habitantes de una irán a otra, diciendo: ‘Vamos sin demora a implorar el favor del Señor, y a buscar al Señor de los ejércitos. Yo también iré.’ “Y vendrán muchos pueblos y naciones poderosas a buscar al Señor de los ejércitos en Jerusalén y a implorar el favor del Señor.” Así dice el Señor de los ejércitos: “En aquellos días diez hombres de todas las lenguas de las naciones asirán el vestido de un judío, diciendo: ‘Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros.’” Zacarías 8:20-23
Fuente: Blog Obispo Macedo.