A pesar del título de este mensaje, no hablaremos de conmemoraciones festivas, ¡sino de la vida como una constante!, ¡de su vida!

El ser humano necesita fechas, un calendario que rija su vida. Y no hay nada de malo en eso, ya que la propia Palabra de Dios dice que hay tiempo para todo: “Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar…”. Eclesiastés 3:2-4

Al nacer, marcamos la fecha en el calendario. Al casarnos, señalamos y recordamos el momento. El nacimiento del primer hijo es una fecha que nunca olvidaremos, y así sucesivamente. Hasta el día en que morimos, una fecha que también se registrará en la memoria de los que se queden. Nuestra vida se compone de fechas, muy, poco o nada significativas, pero siempre de fechas. El gran problema es que muchos dejan que el calendario dicte el ritmo de sus vidas, sin apropiarse del poder que tienen dentro de sí para modificarlo.

Hoy mismo le digo que usted es el maestro del calendario de su vida, es usted el que determina los eventos importantes que tendrán lugar o los que, definitivamente, desea ignorar. Si ha vivido una etapa en su vida la cual está por marcarse en su calendario de manera negativa, ¡cámbiela, transfórmela, poniéndole un punto final!

El punto final determina dos posibles decisiones: su existencia actual o la persona que siempre deseó ser. El tema es que muchos esperan a que el “ciclo de la mala suerte” termine tal como empezó, solo, sin cualquier intervención de su parte. Pero determinar el fin de este ciclo que ha vivido y comenzar otro depende única y exclusivamente de usted ¡y de nadie más! Para eso, en primer lugar, siempre es necesario saber cuándo una etapa llegó a su fin, porque, si insistimos en permanecer más del tiempo necesario, perdemos la alegría y el sentido de las demás etapas que debemos vivir.

El punto final sirve para cerrar ciclos, cerrar puertas, terminar capítulos. Póngale un punto final al “tiempo de lamentarse” que ha vivido y determine el inicio del “tiempo de realizarse”. Si para hacerlo necesita una fecha específica, aproveche el 31 de diciembre, el término de 2021, y permita que este fin de año coincida con el cierre del ciclo que ha vivido. Que el 2021 sea no solo el comienzo de un nuevo año en el calendario cristiano, ¡sino de una nueva etapa en su propia vida!

Obispo Julio Freitas.