El tiempo no puede apagar el primer amor

La fe natural acepta los problemas, porque nos hace vivir en el plano físico y, quien vive en el plano físico, ve las situaciones con los ojos físicos y no con los ojos de la fe. Cuando usted está sujeto al plano físico y pasa por una situación difícil, se alarma, se desespera y ¡comienza a tener dudas!

Hay muchas personas que en el comienzo de su vida con Dios, tenían una fe aguerrida, una fe que delante de cualquier situación se mantenía firme y ¡no se doblaba! Cuando el diablo se levantaba con algún tipo de lucha o persecución, ¡ellas hacían más para Dios que antes! Respondían a la altura de las exigencias.

Pero con el pasar del tiempo, ellas fueron tomadas por los sentimientos que las perjudicaron (nada perjudica más que los sentimientos), por eso tomaron varias decisiones equivocadas.

Muchos fueron vencidos por el tiempo, como algunas obreras que comenzaron a mirar ¡hacia su edad y a los años que están en la iglesia! Estaban ansiosas con respecto al tiempo que tendrían que esperar hasta casarse y, por eso, fueron vencidas. Si usted comienza a enfocarse en el tiempo, estará destinado a caer.

“El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto siendo de casi cien años, o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido” (Romanos 4:18-21)

Cuando estamos en la fe, nuestra actitud es como la de Abraham que no se debilitó en la fe porque él ¡no consideraba las situaciones! Él consideraba el poder y el carácter de Dios. Cuando usted manifiesta la fe sobrenatural, ¡demuestra que cree en el carácter de Dios! Confía en Su Justicia y fidelidad, porque sabe que Él no miente. Creer en la Palabra de Dios es creer en Su carácter.

El gran problema de muchos es que se debilitaron en la fe, y eso sucedió porque miraron las circunstancias. Mientras miraban a Jesús, caminaban sobre las aguas, sobre los problemas, pero cuando comenzaron a mirar el viento, las dificultades, comenzaron a hundirse.

¡Examine su vida espiritual! ¿Qué balance haría usted de estos años con Dios? ¿Hubo un progreso o un retroceso? ¿Ha crecido espiritualmente, o los años pasaron y usted se detuvo en el tiempo?

Sus reacciones ante las luchas mostrarán si usted está en la fe o no.

Obispo Domingos Siqueira.

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