ELÍAS DIJO:

«… Quítame la vida…», 1 REYES 19:4.

MOISÉS DIJO:

«Y si así me vas a tratar, Te ruego que me mates…», NÚMEROS 11:15.

JOB DIJO:

«Perezca el día en que yo nací…», JOB 3:3.

JEREMÍAS DIJO:

«Maldito el día en que nací…», JEREMÍAS 20:14-18.

Todos tenemos días de vacíos si miramos a otro lado.

Es necesario que nos enfoquemos en la Palabra De Dios.

Todos ellos, por diferentes circunstancias, desearon morir, pero, a pesar de eso, vivieron grandes victorias.

El profundo desánimo, el dolor, la desesperación, las tempestades no los destruyeron, por eso, creé que tampoco te destruirán.

No viniste a este mundo por casualidad.

Dios tiene un gran propósito en tu vida, y lo va a cumplir.

Pero Él solo puede realizar grandes victorias en tu vida si nacés de nuevo, del Água y del Espíritu.

Priorizá al Espíritu Santo.

Durante estos días, meditemos en lo que Dios ha hecho en la vida de Abraham, porque él confió incondicionalmente en el Único Dios.

No tuvo miedo de salir, confiar, sacrificar y esperar el cumplimiento de todas las promesas.

«Aquel, pues, que os suministra el Espíritu y hace milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por el oír con fe? Así Abraham creyó a Dios y le fue contado como justicia. Por consiguiente, sabed que los que son de fe, estos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente.» Gálatas 3:5-9

Por eso, ¡sé fuerte y confiá en Él!

¡¡¡Solo decí: HEME AQUÍ!!!