Estamos por terminar el «AYUNO HEME AQUÍ»

La propuesta del Espíritu Santo es para todos, pero es necesario que la persona sí o sí sacrifique algo que le cueste: SU «YO».

Durante estos 3 días hay que ir con todas nuestras fuerzas al Altar, al Moriah, lugar donde Dios Proveerá.

«Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es vuestro culto racional». Romanos 12:1

Antes estábamos muerto en nuestras iniquidades, pero Dios nos resucitó con el Señor Jesús y nos dio vida. Antes de conocer la Verdad, usábamos nuestros cuerpos, nuestras voluntades y nuestras debilidades para el pecado, sin embargo, el Espíritu Santo desea que nos dispongamos a Su servicio y que seamos la morada de Su gloria.

Ser sacrificio vivo es entregarse a la entera disposición del Señor, por eso Él exige de nuestra parte santidad. Es decir, el Señor quiere que nos privemos de los deseos carnales, de los pensamientos y de las actitudes de la vieja criatura, de la vieja vida, con el fin de que seamos usados por Él.

Cuando esto sucede, desde el trono, Dios aspira nuestra actitud como aroma agradable que exhala el perfume del Señor Jesús.

El culto racional significa un culto basado en la lógica, en el razonamiento y en el entendimiento sobre quién es Dios y sobre lo que Él hizo por nosotros.

El Señor trabaja con la fe inteligente y exige que la adoración y el servicio que Le brindemos también sean inteligentes.

Donde el Espíritu Santo está presente no hay desorden o confusión, sino reverencia, temor y disciplina.

Dios no nos obliga a hacer nada, pero, si nos proponemos por servir y adorar, debemos hacerlo desde nuestro entendimiento, es decir, con toda nuestra mente y sin emociones.

En otras palabras, la comunión con Dios solo sucede en el espíritu, es decir, desde nuestro intelecto, porque Él es Espíritu.

Por lo tanto, el Altísimo siempre está buscando a verdaderos adoradores que Lo adoren de manera consciente y sincera para que mantengan una relación con Él.

«Y no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es BUENO, ACEPTABLE y PERFECTO». Romanos 12:2

Transformaos

Esta palabra significa lo mismo que transfiguración (Mateo 17:2). Transfigurar denota una metamorfosis, un cambio completo de un ser a otro. Sin embargo, antes de exhortar a los cristianos sobre esta transformación, el Espíritu Santo alerta que no debemos adaptarnos a este mundo.

Quiere decir que no debemos amoldar o adaptar nuestra vida y nuestras conductas a los consejos que el mundo da.

El Espíritu Santo solo puede transformar a una persona cuando esta se vacía de pensamientos, deseos y pasiones carnales, y comienza a renovar su mente con los pensamientos de Dios, que es Su Palabra.

Solo así puede haber una transformación de adentro hacia afuera e incluso reflejar la imagen del Padre en sí.

Todo lo que debemos hacer es vaciarnos de nosotros mismos, entregar nuestras voluntades, nuestros pecados, nuestras manías, nuestros traumas, nuestros vicios, nuestros complejos, nuestras fantasías, nuestras broncas de nosotros mismos, de los demás, de la vida, de Dios y de Sus siervos, ¡Y SER LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO!

EL 31 DE JULIO, A LAS 20 H, SERÁ TU ÚLTIMA OPORTUNIDAD.

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