¿Usted recuerda cuando empezó a servir a Dios? No hay una honra más grande para el ser humano que eso, ya sea en el Atrio (como miembro, integrante de un grupo, colaborador u obrero) o en el Altar (como auxiliar, pastor o embajador de Cristo).
Cuando Le entregamos nuestra vida completamente a Dios y recibimos el bautismo con el Espíritu Santo, no podemos preponderar nuestra vida, nuestros planes, deseos y sueños, sino el Señor Jesús y la obra que Él ha hecho. Vivir una vida cristiana es manifestar la obra de Dios en este mundo.
Por eso, no podemos guardar solo para nosotros lo que nos enseñaron. Debemos anunciar lo que recibimos, de acuerdo con la Palabra del Dios Vivo. De esta manera, pasaremos a exhalar Su perfume, los demás verán al Señor Jesús en nuestra vida y desearán seguirlo como nosotros.
No podemos seguir haciendo nuestra voluntad, debemos vivir conforme a Su voluntad, como si cada día fuera el último de nuestra existencia en la Tierra, con un buen carácter y obedeciendo las Escrituras. Porque el que tiende a obedecer a su carne se estará dirigiendo hacia la muerte eterna.
Lea el siguiente pasaje bíblico:
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.” Gálatas 5:16-17
Es decir, hay una guerra entre nuestra carne y el Espíritu. ¿Quién prevalecerá en nosotros? Aquel al que le demos más atención.
Para ser cristianos debemos renunciarnos a nosotros mismos, porque nuestro enemigo número uno es nuestro propio yo.
Aquí finaliza la serie Las 7 etapas que usted no debe olvidar.
Por lo tanto, reflexione: ¿Fue fácil pasar por todas esas etapas en la caminata de la fe? No lo fue. Por eso, no cambie lo que usted construyó por las cosas de este mundo (que son frágiles y temporarias).
Si usted desea ver las etapas anteriores, ingrese a los títulos a continuación:
1.ª Etapa: Evangelizado
2.ª Etapa: Liberado
3.ª Etapa: Convertido
4.ª Etapa: Bautizado en las aguas
5.ª Etapa: Sellado con el Espíritu Santo
6.ª Etapa: Bautizado con fuego
¡Lo veo en la IURD o en las nubes!
Obispo Julio Freitas