“La dádiva (regalo) del hombre le ensancha el camino y le lleva delante de los grandes.” Proverbios 18:16
Analicemos juntas: su camino puede entenderse por donde usted, camina habitualmente. Es decir, puede ser su trabajo, su casa, su familia, su iglesia, su grupo de amistades, entre otros grupos. Por lo tanto, la pregunta que nos hace pensar sobre esto es: “¿mi camino se ha ensanchado?”
Veamos a continuación, los diferentes sinónimos de la palabra “ensanchar” para que podamos entender mejor su significado:
· Aumentar, ampliar, agrandar, desarrollar, dilatar, engrandecer, expandir, explayar.
Después de averiguar la profundidad de la palabra “ensanchar”, ¡es momento de reflexionar sobre su vida!
Si su camino, en todas as áreas –desde el campo físico (profesional, sentimental, familiar, etc.) al campo espiritual– es completamente opuesto a ensanchado, es decir, está cada vez más atado, empobrecido, diminuto, reducido y menguado, es porque la manera en la que usted les da (o regala) a los grupos de los cuáles forma parte ha sido mediocre. Los regalos son dádivas que simbolizan ofrendas.
Por eso, reflexione sobre la manera en la que está ofrendando en las diferentes áreas de su vida.
· En su trabajo, ¿usted da a sus colegas a través de una buena convivencia, o usted es ese tipo de persona que no le gusta compartir nada con nadie?
· En su casa, ¿usted da a sus familiares a través de ser una persona comunicativa, amable, sumisa, comprensiva, o está siempre ofreciendo aspereza, desobediencia y agresividad con sus palabras?
· En la obra de Dios, ¿usted da su vida por el que está a su lado, en el mismo propósito de ganar almas, al ser atenta, amiga, sensible a las necesidades? ¿O es ese tipo de persona que solo le ofrece al que tiene algo para darle a cambio?
· Y en la vida espiritual, ¿cómo le da a Dios? ¿Ha buscado darle lo mejor de usted, al ser humilde para estar atenta a su interior, al buscar ser más íntima de Dios día tras día? ¿O le ha ofrendado a Dios lo que le sobra, sin preocuparse con el cuidado de su alma y dejándose contaminar por la fragancia de este mundo?
¿Qué más puedo decir? ¡Ahora le toca a usted! Comparta lo que piensa sobre esta reflexión.
Luisa Teixeira