Lea el mensaje de hoy y medite en él
Tal vez la gracia de Dios no le costó nada a usted, pero al Señor Jesús sí, Él pagó un alto precio por cada uno de nuestros pecados.
Pagó con Su propia vida para que alcancemos esa gracia maravillosa. Por eso, no podemos tratarla como algo barato, que puede ser desperdiciado como cualquier otra mercadería.
La sangre de Jesús no es como el agua de la canilla, que las personas no valoran. Por lo tanto, el que peca consciente y deliberadamente, confiando que será perdonado cuando quiera, en realidad, pisa el sacrificio de la Cruz y desprecia Su gran favor.
Núbia Siqueira
No debemos olvidar el sacrificio que hizo el Señor Jesús, cerramos hasta la última, gota para salvarnos. Por eso siempre debemos recordar cuando llegamos por primera vez a la Iglesia , como estábamos y de que Dios, nos libró sólo por su misericordia.