Dios no cambió y no cambiará, esta es básicamente la razón por la que nos invitó a probarlo, vea:
En otras palabras, Dios dice: «Si no ves la manifestación de Mi poder en tu vida, si no ves las ventanas de los cielos abiertas, la bendición, que es el Espíritu Santo, derramarse sobre tu vida, supliendo cada área de tu vida, es porque no Me has honrado en primer lugar en todo».
Tal vez incluso da el diezmo, pero no es diezmista, ¿cómo?
Entienda, cualquier persona que es diezmista da el diezmo, pero no todos los que dan el diezmo son diezmistas. Es decir, el que es diezmista honra a Dios en primer lugar en todo, y no solo con el 10 % que recibe económicamente.
Por eso, si no ve al devorador ser reprendido en su vida, sepa que no fue Dios el que lo mandó, sino que usted aún no cambió y no ha sido fiel en todo.
Si las personas no ven la diferencia del antes y el después de diezmar, de ofrendar, de sacrificar, no es culpa de Dios, después de todo, Él dejó muy claro: «Porque Yo el Señor no cambio…».
Pero sepa que, a partir del momento en que usted se vuelve diezmista en todo y de toda su vida, poniendo a Dios en primer en absolutamente todo, desde el momento en el que se levanta, incluye sus proyectos, sus planes, es decir, se vuelve el propio diezmo para Dios, tenga esta convicción: Dios no cambió, ¡pero Él quiere cambiar su vida!
¡Nos vemos en la IURD o en las nubes!
Obispo Julio Freitas