“… la palabra del Señor vino a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram, Yo soy un escudo para ti; tu recompensa será muy grande.” Génesis 15:1

Observe que Dios le dejó bien claro a Abraham que lo que recibiría era una RECOMPENSA, es decir, un galardón. La palabra “galardón” se usaba para garantizar la recompensa del esfuerzo, fuera de lo común, que alguien había hecho.

Una cosa es recibir algo y otra, completamente diferente, es ser galardonado, recompensado. La mayoría de las personas que creen en Dios esperan recibir algo de Él, pero sin hacer nada, es decir, sin sacrificar. Esta es la razón por la que muchos creyentes están frustrados e incluso incrédulos sobre la felicidad completa.

Por eso, es importante dejar claro que Dios no le da nada a nadie, Él recompensa de acuerdo con la fe viva expresada en la total entrega personal, en la obediencia a Su Palabra, en la renuncia, en el sacrificio, en la perseverancia.

Sin embargo, muchos están frustrados, o peor: murmurando, porque no recibieron lo más importante, que es el bautismo con el Espíritu Santo, pero no quieren sacrificar su voluntad al 100 % en el Altar del sacrificio al Dios Vivo.

Nadie, jamás, fue o será obligado a participar de una Campaña de Fe –como la Hoguera Santa–, o cualquier otro propósito de fe, en la Iglesia Universal. No obstante, todos tienen la oportunidad.

Por este motivo, si usted tiene fe y disposición para participar, no critique a los que no tienen y viceversa.

¡Juntos siempre seremos más FUERTES!

“… que todos os pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer.” 1 Corintios 1:10

¡Lo veo en la IURD o en las nubes!

Obispo Júlio Freitas