Todo en la vida exige sacrificio; la familia, los bienes materiales, el éxito y demás.
A causa de toda la inversión que hacemos, estas cosas pasan a ser muy valiosas. Pero ¿y si usted pierde alguna de ellas? ¡Ahí está el tema!
Por eso, preste atención y observe cómo Dios es cuidadoso con nosotros:
«… Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.» Lucas 12:15
Todo lo que hacemos en la vida es por nuestras necesidades, y es muy común que invirtamos en lo que nuestros ojos ven y desean: casa, dinero, futuro, viajes. Sin embargo, todo eso puede terminar llevándonos hacia el egoísmo, las preocupaciones, la ansiedad, los apegos e incluso hacia el miedo del día de mañana.
Además, esos sentimientos en nuestro interior generan diferentes males en nuestras vidas. Por ejemplo, cuando algunas personas pierden a un familiar al cual estaban muy apegadas, ¡también mueren!, o cuando una persona pierde la posición a la que estaba apegada, cae en depresión, ¡y tantos otros ejemplos!
Por eso, en este momento, piense en todo lo que usted posee, que incluso le proporciona una sensación de bienestar, y respóndase a sí mismo las siguientes preguntas: ¿y si perdiera eso? ¿Quién es usted cuando pierde algo o a alguien?
«Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas Él le dijo: Hombre, ¿quién Me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?» Lucas 12:13-14
Ese hombre estaba enfadado con su hermano debido a la herencia y quería que Jesús lo defendiera llamándole la atención a su hermano. ¡Imagine el clima que había entre esos dos hermanos solo a causa de la herencia!
Ahora bien, piense conmigo, ¿cuántas veces usted se enojó por cosas fútiles que el mundo valora, mientras que a su familia, a su hermano, al problema que tiene en su interior y a tantas otras cosas realmente importantes las deja de lado como si fueran algo insignificante?
Debido a lo que poseemos, corremos el riesgo de ser avaros. ¡Qué cosa horrible!
La verdad es que los momentos difíciles, en los que enfrentamos dificultades, son los que más revelan lo que hay en nuestro interior.
Por este motivo, Jesús nos alerta: «… Mirad, y guardaos de toda avaricia…».
34. Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón. Lucas 12.
Cualquiera que esté apegado a algo o alguien, no le da el lugar que Dios merece en nosotros (37. Y Él le dijo: AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. Mateo 22) . Al ser nuestro Creador, es quien debe estar en nuestra prioridad en todos los aspecto, no es solo de palabras, sino tambien en hechos, demostrandole que Él es nuestro Tesoro por y para quien vivimos. Lo material; una día está y al otro puede desaparecer. Las personas; pueden decepcionarte, pueden ya un día no estar en este plano. En cambio Él JAMAS FALTARÁ y NO FALLARÁ.