Cuando alguien es llamado por el Propio Dios, en la persona del Espíritu Santo, no hay ninguna duda de que ese alguien florecerá a donde sea enviado, porque tiene sus raíces plantadas en un terreno fértil y seguro.
Por esta razón, este obrero será llamado hombre o mujer de Dios, ya que fue elegido/a por Dios, lleva una vida con Él, Lo sirve con todas sus fuerzas ¡y nunca se cansa! No ve dificultades para hacer la obra de Dios (que es deshacer las obras de los demonios).
Aun en medio de la pandemia, de las persecuciones, de los problemas personales, sea la situación que sea, no crea barreras, no da excusas, no afloja; tampoco ve dificultades para ir a cualquier lugar, ¡porque las circunstancias adversas siempre serán un desafío para su propia fe y llamado!
Por estar constantemente en la presencia de Dios, sus fuerzas son revigoradas y su fe fortalecida. Y los frutos de su fe son apreciados aun en su vejez y sirven de ejemplo para los demás.
Como dice la Palabra de Dios en Salmos 92:13-15: “Plantados en la casa del Señor, en los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para anunciar que el Señor mi fortaleza es recto, y que en Él no hay injusticia.”
Por lo tanto, si usted logra identificar que en su vida ha faltado este florecimiento, promovido por el Espíritu Santo, no pierda tiempo. Haga una oración sincera a Dios y cuéntele todo lo que sucede en su interior. Asimismo, decida hacer todo diferente de hoy en adelante.
No se olvide de seguir acompañando las publicaciones de esta página, que son para su edificación espiritual.
Alimente su relación con Dios, medite en Su Palabra y reserve un momento exclusivo de su día para dedicarse en adoración a Él.
¡Lo veo en la IURD o en las nubes!
Obispo Júlio Freitas